Capitulo 8: Cosas Claras

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POV CRISTIAN

Siento la cama fría, como si algo faltara. El sol comienza a calentar mi rostro. No quiero despertar, me duele la cabeza por la cantidad de alcohol que bebí. Pasan varios minutos y me desespero. Frunzo el ceño al darme cuenta que no es mi habitación ¿Dónde carajo estoy? Cuando me levanto, me mareo y vuelva a caer en la cama. Maldita resaca, como las odio.

Entierro la cabeza en lo se puede llamar sabanas y hay un olor que me llama la atención. No es el típico aroma de Amelia. Ella siempre olía a flores silvestres pero este es más dulce, es como olor a manzana, no estoy tan seguro. También tiene otro olor, ese olor es único que al mezclarse con el de manzana, crean algo embriagador, vicioso y relajante.

Voy a mi habitación y me cambio pero primero que nada me doy una ducha, el olor a alcohol que traigo se siente como a 30 metros de distancia. Me meto en la ducha y dejo que el agua se lleve todo. Estay lavando mi cabello, sigo bajando a mi cuello y siento que algo me rasguño. Miro mi mano y veo el anillo de bodas. Mierda. Anastasia no estaba en la cama ¿y si huyo como su hermana? ¿Y si me dejo? Dos mujeres con la misma sangre me dejan a pocas horas de diferencia. Eso jamás, la encontrare aunque sea lo último que haga. Al fin de cuentas es mi esposa.

Salgo de la ducha, me seco y me visto en menos de 10 minutos. Debo hablar con Camacho, él debe saber que Anastasia puede andar por toda la hacienda, menos fuera de ella. Si no me puedo cobrar el despecho con su hermana, me lo cobrare con ella.

Bajo las escaleras y cuando voy saliendo, escucho voces provenientes de la cocina. Llego y me doy cuenta que es Lara la que habla con Anastasia. Entonces no se fue. Suspiro de alivio pero aun así no la dejare tranquila hasta que pague lo que me hizo su hermana.

-me alegro que hayas sido tú la novia y no la víbora, arpía y mala persona de esa tal Amelia- gruñe doña Lara. Estoy tan de acuerdo con ella, Amelia es el mal personificado en una bella mujer.

-yo no estaría tan segura. Aun la ama- dic Ana, aun lleva el vestido de novias. Se cabello esta desordenado pero aun así, se ve preciosa. Niego con la cabeza interrumpiendo a mi cerebro. ¿Ama a Amelia? Jamás, con lo que me hizo esa diabla, nunca.

-a veces la gente confunde sexo con amor - asiento con la cabeza -yo siempre creí que el patrón esta con esa... por su cuerpo y para nada mas- debo admitir que lo pase muy bien cuando bebía sus caricias -pero creo que eres la indicada para él, aunque estas un poco delgada- le dice en reproche.

-hablas como mi padre- le sonríe a Lara ¿Por qué no me sonríe a mí de la misma forma? Me decido a entrar para ver que hacen.

-buenos días- les digo. Lara me saluda con un movimiento de cabeza mientras que Ana no dijo nada.

-patrón ¿desea desayunar?-

-lo mismo que mi esposa- le digo a Anastasia, ella me fulmina con la mirada ¿Qué le hice?

-enseguida- dice Lara y comienza a prepáralo. Me siento al lado de ella, pero me sigue ignorando.

-Lara ¿Dónde puedo encontrar a un tal Camacho?- pregunta. Me sorprendo ¿Qué quiere con Camacho?

-supongo que con los peones en la caballerizas- Ana la mira diciendo ¿Cómo llego? -oh claro, es tu primer día. Pues sales caminas derecho hasta encontrar un naranjo, doblas a tu derecha, encuentras el gallinero, caminas derecho como unos 3 minutos y encontraras las caballerizas- sonrió al ver la cara de Ana. Esta sorprendida.

-es más grande de lo que pensé- dice

-le sorprendería saber lo grande que es- le responde Lara

-bueno, creo que es mejor que comienza desde ya si quiero llegar antes que anochezca- Lara ríe pero luego se detiene y frunce el ceño.

-¿vestida así?- indica el vestido

-no tengo otra cosa- dice

-en la habitación de la víbora, hay muchas prendas. Podrías escoger alguna- sugiere Lara.

-no lo sé. Los gustos de mi hermana son muy finos en comparación con los míos. Pero veré lo que puedo hacer ¿me podrías acompañar? La casona es muy grande y aun no estoy familiarizada con ella- Lara sirve mi desayuno.

-claro. Aunque no puedo demorar mucho. Tengo mucho que cocinar- dice

-si no te importa, te podría ayudar- se ofrece Anastasia. Eso jamás nena. De la única persona que como con confianza es de Lara y de nadie más.

-claro que no- digo. Sonó peor de lo que hubiera pensado.

-¿Por qué?- pregunta Ana

-porque no confió en ti. Solo en Lara-

-¿Qué piensas que podría hacer?- me pregunta enojada.

-no lo sé, quizás matarme- abre mucho sus ojos y a Lara se le cae el plato que está secando.

-de verdad estás loco... enfermo... ¿Cómo puedes pensar eso de mi¿- pregunta indignada.

-porque eres hermana de Amelia y ella no era la mujer que yo pensaba. Y por tus venas corre la misma sangre. Así que ¿Qué importa si te deshaces del marido millonario y te quedas con toda su fortuna? Es así como piensan las mujeres- le respondo calmadamente.

-eres un estúpido y un idiota Grey. Pero que podía espera del señor "yo me caso si o si, no pienso ser el hazme reír del pueblo". Es mejor que salga de aquí- se levanta y sale de la cocina. La sigo y cuando la tengo a unos centímetros, la tomo por el brazo y la acorralo contra la pared.

-mira niñita que te queden claras algunas cosas. Yo no soy un imbécil ni mucho menos un idiota, así que me respetas. Segundo me vas a llamar señor, patrón o señor Grey, nada de Cristian o Grey. Tercer eres mie esposa y como tal debes estar aquí, así que tiene prohibidas las salidas y por ultimo pero lo más importante yo no confió en ti y menos soporto a mujeres llevadas de sus ideas. Así que cambias y te amoldas a mi vida o cambias y te amoldas a mi vida. No hay más opciones- le gruño. Siento que intenta liberarse de mi agarre pero yo aprieto más su brazo. Estoy tan enojado por lo que ocurrió en la cocina que no me doy cuenta que le estoy haciendo daño.

-por favor... suéltame... me estas... haciendo... daño- dice en un susurro. Tiene la vista clavada en el suelo y veo como bajan 2 lágrimas por sus mejillas. Mierda.

-Anastasia... yo...-¿qué hago? la suelto

-está bien, Señor Grey. Dejo las cosas claras. No se preocupe, yo no seré un estorbo ni en su vida ni en su camino. Con permiso- dice con la voz rota y mirando al suelo.

Se da la vuelta, se va y me deja solo en el pasillo. Veo como desaparece derrotada, asustada y lo peor de todo dañada por mi culpa. ¿Por qué cuando la hago daño, me duele más a mí que a ella? ¿Qué hago, la busco o no la busco?

BUENO NENAS DEJO UN CAPITULO MAS DE LA HISTORIA... NO HE PODIDO PUBLICAR MAS SEGUIDO POR MI COMPUTADOR MURIO Y NO SE CUANDO VOLVERA... ME CONSEGUI UN RATITO UNO PARA ESCRIBIR ESTE CAPITULO Y NO DEJARLAS TANTO TIEMPO COLGADAS... ESPERO QUE ME ENTIENDAN

DEDICO ESTE CAPITULO A

COMENTARIOS: @jacqueline1913, tatabibi18170 Y Sabriiarii

SEGUNDO VOTO: TatyJimenez






El Engaño: Miradas de Amor, Cristian y Anastasia (1 T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora