Capitulo 25: Camisa

12.1K 892 61
                                    

POV CRISTIAN

Amo esta situación, aunque no me gusta ver como el cuerpo de Ana convulsiona por el frio que hay. Por lo menos la fogata calienta un poco. Busco entre las cosas que nos preparo Lara algo que tenga proteínas. Encuentro unos emparedados de carne, saco uno y lo parto. Le tiendo la mitad pero niega con la cabeza. Odio que no coma.

-Ana debes comer- le digo en tono de regaño

-no es eso. Si vamos a estar 2 días aquí dudo mucho que puedas aguantar con verduras y frutas. Si quieres dame el pan solo y la carne guárdala en alguna servilleta o pote- me dice

-¿Por qué haría eso?-

-porque con la carne se puede hacer algún caldo que tenga sabor, incluso le puedes echar papas, choclo, morrón, zanahoria o que se yo. Es como hacer un cocimiento- no lo pensé

-bien pensado y ¿Cuándo pensaras hacer ese cocimiento?- le pregunto

-cuando se me pase un poco el frio, y la ropa este más seca. No puedo cocinas solo en bragas- esa última frase me llega directo a mi entrepierna.

-¿perdón?-

-acuérdate que mi ropa no es muy gruesa y con unas simple gotas me moja. Pensé que se secaría más rápido pero aun esta mojada- dice mientras mira su ropa que se encuentran en una silla al lado de la fogata. Mi ropa está seca, así que sin pensarlo mucho le ofrezco mi camisa.

-esto servirá- le digo

-no entiendo- me dice mientras mira mi camisa

-si no quieres andar semi-desnuda, es lo único que hay. Además con lo que dijiste de la comida se abrí el apetito, así que necesito que cocines. Si no estuviera tan hambriento no te lo pediría- le digo

-está bien, solo date la vuelta- toma la camisa y siento como deja la colcha en la silla. Siento que se mueve y cuando me doy la vuelta, trago duro. Sus largas piernas quedan al descubierto, sé que mi camisa le queda grande pero aun así puedo ver sus pezones erectos por el frio. Oh mi... ¿Por qué con Amelia no me pasaba lo mismo? Podía observarla por horas y no provocaba lo que Ana está provocando en este momento.

-¿sabes si hay utensilios para cocinar?- me pregunta, mientras veo que se arrodilla buscando algo en el mueble. Mierda. Su trasero se hace notorio, puede ver algo de sus glúteos asomarse por debajo de la camisa. Estos dos días será más complicados de lo pensé.

Escucho como busca cosas hasta que encuentra lo que necesita. Lo bueno que esta choza tiene conexión a agua potable, además de dispensador de agua, bastante leña como para 2 meses. Ana intenta tomar unos trozos de madera prendidos pero no la dejo.

-¿Qué estás haciendo?- le gruño. Ella salta por el susto

-por Dios Cristian me asustaste. Necesito que pases unos cuantos troncos a la cocina a leña si quieres que cocine- suspiro. Con cuidado coloco los troncos en la cocina y cierro la puerta mientras Ana corta las verduras que llevara la comida.

-¿Qué vas a preparar?-

-un estofado. Es lo más rápido. Además hay muchas cosas y si no la ocupamos se van a echar a perder- veo que su cuerpo tiembla.

-¿aun tienes frio?-

-si pero no tanto como hace rato- me dice

-¿quieres que de calor?- le digo con voz ronca

-¿Cómo?- me dice en un susurro. Me acerco por detrás. Mi cuerpo está ardiendo por la cercanía del suyo. Con cuidado coloco mis brazos en cintura y me acerco más a ella. La escucho suspirar. Le quito lo que tiene en la mano y la doy vuelta.

-lo siento por lo que voy a hacer pero ya no aguanto- tomo entre mis manos su cara y un escalofrió recorre mi espalda al sentirla tan fría. Sin darle tiempo a pensar beso sus labios, aunque también este frio, son carnosos y dulces y muy suave. Me responde el beso de una manera débil pero después es un beso apasionado, nuestros labios bailan como si hubieran ensayado antes, como si se conocieran de antes. Su leve gemido escapa de sus labios y no pierdo la oportunidad y meto mi lengua. Madre santa. Esto es... no tengo palabras, es más de lo que pensaba. Nos separamos por falta de aire.

-no puedo negar que me tienes en tus manos. ¿Qué estás haciendo conmigo?- le digo

-es lo mismo que me pregunto yo, ¿Qué estás haciendo conmigo Cristian?- dice mientras afirmo mi frente con la suya. Mi corazón late de una manera descontrolada, es como si hubiera corrido una maratón.

Siento que su mano acaricia mi mejilla y una descarga eléctrica que jamás había sentido antes. Sigue bajando hasta mi cuello, con su uña baja hasta mi clavícula y luego hasta mi tórax. Hace círculos y luego sigue hasta jugar con mi abdomen. Ese juego con el dedo, es excitante y no me ayuda mucho a control mis ganas de acorralarla en la pared y hacerle el amor. Ser el primero en su vida, esa idea me fascina.

-no sigas- digo en un susurro

-¿Por qué? ¿Acaso no te gusta?- me dice

-el problema es que me gusta. Pero no quiero hacer algo que no quieras- le digo mientras beso su frente

-¿algo que no quiera?- me pregunta

-sé que eres virgen pero en estos momento lo único que pasa por mi cabeza es hacerte mía como fuera- le digo mientras robo un beso de sus dulces labios.

-¿y porque no lo haces?- mierda de verdad pregunto eso.

-no quiero hacerte daño. Además no sé si esta preparada- le digo

-creo que estoy más que prepara para convertirme en una mujer al cien por ciento-

-¿estas segura que lo quieres hacer conmigo?-

-sí, prefiero que seas tú a alguien que no conozco ni pienso conocer-

-entonces deja tapada la comida y sígueme- veo que hace lo que le pido y me sigue hasta donde está la fogata.

-¿estas segura de querer hacer esto?- le vuelvo a preguntar. Necesito saber que está segura y no sea un simple impulso.

-si Cristian, solo si es contigo- dice en un susurro. Estoy en el cielo. Es hora de cumplir los deseos más ocultos que tengo en relación a Ana. Es hora de hacerla mí, solo mía.


LES DEJO OTRO CAPITULO... 

EN EL SIGUIENTE CAPITULO VA A PASAR ALGO MUY ESPERADO POR USTED... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

NOS LEEMOS PRONTO...

LAS QUIERO...




El Engaño: Miradas de Amor, Cristian y Anastasia (1 T)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora