Capitulo 38.-

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Camila's POV.

Miro incrédula a la chica que está parada frente a mí. La chica que creí, era mi amiga. Su rostro es adornado por una sonrisa diabólica, y su semblante me da miedo. Trato de ocultar el temblor de mis manos, pero es imposible. El olor a húmedo me sofoca, y el dolor de cabeza ha ido aumentando. Ariana comienza a acercarse a mí, y yo rompo el contacto visual. Ni siquiera quiero verla. Ella apoya su mano en mi mejilla, y muevo mi cabeza de forma violenta, para quitar su agarre. Una risa ronca sale de su garganta. No sé qué carajos es tan gracioso.

-¿Por qué haces esto? –me atrevo a preguntarle. Ariana alza una ceja y me mira, como si mi pregunta fuera la más estúpida del mundo.

-¿Aún no lo sabes? –pregunta y yo niego –Mi querida Camila... -ella acaricia mi mejilla. Yo trato de moverme, pero ella agarra el pelo de la parte trasera, e inclina mi cabeza hacia atrás. Un gemido de dolor sale de mi boca, y muerdo mi labio inferior, para no darle el gusto. Su rostro está cerca del mío, y su respiración se mezcla con la mía. Ariana huele a alcohol y tabaco.

-Suéltame –susurro con ojos llorosos. "No llores, Camila. No. Llores".

-¿Recuerdas a Alexa? –ella me ignora. Sus ojos están fijos en los míos. Sus pupilas están dilatadas. Al no obtener respuesta, ella intensifica su agarre en mi cabello y un nuevo gemido de dolor sale de mis labios –Responde, Camila –exige y yo me quedo en silencio. El miedo me impide articular palabra. – ¡Responde! –ella zarandea mi cabeza.

-S-suéltame –le pido, y ella tira mi cabeza hacia un lado.

La habitación se mantiene en silencio. Solo mis sollozos son audibles. Quiero irme de aquí, quiero estar con Lauren, quiero... quiero que todo esto acabe.

-Claro que no lo recuerdas. Eres una maldita perra egoísta, que solo se preocupa por el hija de puta –escupe Ariana. Nada más que odio gotea de sus palabras –Ella era mi mejor amiga, y tu maldita novia lo mató.

-Lauren, lo hizo.... Lo hizo por defensa propia –susurro y ella suelta una carcajada llena de sarcasmo.

-¡Sal de tu maldita burbuja de una puta vez, Camila! –Ariana grita, y yo cierro los ojos –Tu novia, querida mía, es una maldita asesina.

-Igual que tú –le lanzo sin pensar, y automáticamente me arrepiento.

En menos de un segundo, mi rostro está volteado hacia la izquierda. Mi mejilla duele y palpita. El ruido sordo de la bofetada, aún retumba en mis oídos. Escucho la respiración agitada de Ariana, a unos centímetros de mí. Lentamente, volteo mi rostro, y lo miro fijamente entre mis cabellos. Trato de moverme, pero las malditas cosas atadas a mis muñecas me lo impiden.

-Déjame ir –demando.

-¿Sabes que se siente? –ella vuelve a ignorarme – ¿Sabes lo que se siente, ser rechazado por una chica un millón de putas veces?

-Ariana...

-Tú también tienes la culpa, Camila-ella se acerca a mí. Mete la mano en su bolsillo y saca algo pequeño, de metal. Es una navaja, mierda. Cuando ella pasa el metal, por mi mejilla comienzo a temblar involuntariamente. El frío metal recorre mi barbilla, mi cuello, el borde de mi polera. Un escalofrío recorre mi cuerpo.

-A-Ariana ¿Qué haces?

-Si yo no puedo tenerte –dice en un susurro y entierra la punta de aquella cosa en mi cuello. Suelto un pequeño grito de dolor –ella tampoco lo hará.

Cierro mis ojos con fuerza, y me muerdo el labio, cuando siento que él comienza a cortar de a poco mi cuello. Un líquido caliente comienza a correr por mi cuello, y es ahí donde el terror se apodera de mí. Trato de moverme, pero ella me sujeta del cabello, y tira de mi cabeza hacia atrás, para darle libre acceso a mi cuello. Quita la navaja de la cortadura, y acerca su rostro a ella. Un quejido se escapa de mi boca, cuando siento que está tirando aire y la herida arde. Luego, pasa su lengua por la herida, y su roce áspero hace que comience a arder de nuevo. Lo encuentro totalmente repugnante.

-No hagas esto, por favor –le suplico, pero ella está tan concentrada en su tarea por hacerme daño, que ni siquiera me escucha. La satisfacción se refleja en esas pupilas cafés, que ahora brillan con nada más que maldad. –Ariana, ¡detente! –le grito cuando vuelve a enterrar el cuchillo, justo bajo de la primera cortadura.

-Ya te dije, Camila –Ariana susurra, sin dejar de cortar, como si mi cuello, fuera un pedazo de queso parmesano –si yo no puedo tenerte, Lauren tampoco lo hará.

La chica que yo creí, era mi amiga, gira mi rostro hacia el lado contrario, y ahora, comienza a cortar de a poco mi mejilla. Esto duele mucho más que lo anterior. Comienzo a gritar de desesperación, pero sé que nadie puede ayudarme.

-¡Lauren! –Grito con todas las fuerzas que puedo – ¡Lauren! ¡Lauren!

-¡Cállate! –Arian ruge, y vuelve a golpear mi mejilla. Esta vez, el sabor metálico de la sangre, empapas mis labios. – ¡No quiero que nombres a esa hija de puta! ¡¿Escuchaste?! ¡No la nombres!

-¡Estás enferma! –le grito – ¡Eres una maldita demente!

-¡¿Y qué?! –vuelve a gritar, con voz ronca. Agarra de nuevo mi cabello, lanza mi cabeza hacia atrás, y corta de una sola vez, el centro de mi garganta.

-¡Lauren! –grito por última vez. –Lauren, por favor... -las lágrimas corren por mis mejillas, recorren mi mentón, y cuando caen en las cortadas, arde. – ¡Lauren!

-¡¿Camila?! –escucho a lo lejos.

Ella está aquí. Un suspiro de alivio sale de mis labios, pero apenas y puedo pensar, cuando Ariana entierra de nuevo el cuchillo, ahora en mi abdomen, en el costado derecho.

-¡Lauren!

Novia agresiva (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora