Capitulo 23.-

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Lauren's POV

La semana junto a Camila como mi novia iba de las mil maravilla he de admitir. Cada vez que peleábamos, trataba de contener mi temperamento lo que más podía, y ella se daba cuenta ¿saben por qué lo sé? Porque ella se acercaba a mí y besaba mis labios constantemente, premiándome por el esfuerzo que hacía.

Hace algunos días había escuchado algunos rumores sobre una fiesta que se hizo en el lugar donde Camila fue a pasar el fin de semana recién pasado, pero no les había querido tomar real importancia. Ahora, lo único que me importaba era pasar tiempo con mi chica, aunque suene cursi y marica de mi parte, pero es la verdad.

Bajo de mi motocicleta y la estaciono en el aparcamiento de la secundaría. Hoy era día viernes así que solo tenía que aguantar unas horas en esta mierda para irme a casa y después ver a Camila. Si, ella no había asistido el día de hoy a clases por un problema familiar de no sé; nada grave he de agregar. Me apoyé en mi moto y saqué un cigarro de la caja que guardaba en mi bolsillo de la chaqueta, lo encendí y di una gran calada. Como me relaja este maldito vicio. Voté el humo de mi boca, formando un anillo perfecto en el aire, el cual se desvaneció al instante por la leve brisa helada que corría. El otoño se acercaba a pasos agigantados.

Por el rabillo del ojo, pude ver como Camila llegaba en el auto de su padre. Vaya estúpida, averió su automóvil en las carreras y ahora tendrá que movilizarse a todas partes con esa carcacha vieja. Solté una carcajada, cuando ella cerró la puerta con furia.

-Deja de reírte, imbécil -amenazó mientras nos dábamos un beso en la mejilla en forma de saludos. Se afirmó en mi moto y sacó un cigarrillo copiando mi acción. La miré de reojo mientras ella guardaba de nuevo su encendedor -¿Qué?

-Nada - me encogí de hombros -Solo que... ¿no te ha dado vergüenza venir en esa reliquia de los años veinte?

-Cierra la puta boca, Jauregui -volvió a amenazar mientras que de su boca salía humo al hablar.

-Está bien -dije mientras le daba la última calada al cigarro y lo botaba para aplastarlo con mi zapato -Nos vemos Mani, iré a buscar los malditos cuadernos.

Normani solo asintió y comencé a caminar a la mierda que todos llaman escuela. ¿Cómo puede haber personas que le guste asistir a este lugar? Juro por lo más sagrado que si no fuera obligación no vendría a perder el tiempo aquí. Y si, yo lo veo como una jodida obligación. Entro a paso rápido esquivando algunos cuerpos y saludando a otros, también debo reconocer que fulminaba a algunos que se me quedaban viendo como condenados imbéciles.

Abrí mi casillero y miré el horario que estaba pegado en la pequeña puerta. Historia, genial. Bufé y rodé los ojos. ¿Qué mierda me importa lo que pasó millones de años atrás? Y lo más irónico de todo, es que después los estúpidos a quienes llamamos maestros nos dicen "vivan el presente y olviden el pasado" o sea, ¿qué mierda? Negué con la cabeza y cerré de un golpe la pequeña puerta, iba a girar para comenzar a caminar, pero una voz que conocía a kilómetros de distancia detuvo mi acción.

-La pequeña Jauregui -vociferó la recién aparecida.

Giré sobre mis talones y la fulminé con la mirada -¿Qué mierda quieres, Grande? ¿No crees que es muy temprano para empezar con mierdas?

-Nah -dijo cruzándose de brazos -¿Nos vemos hoy en las carreras? -preguntó desafiante tratando de intimidarme.

-Claro que si -me acerqué a ella en forma amenazante -arrastraré tu culo hasta que muerdas el polvo, idiota.

Ella rió con sarcasmo y negó con la cabeza -Esto ya lo veremos.

Y dicho esto, se marchó por donde vino.

Seguí caminando a paso rápido, la verdad no tenía una cosa mejor que hacer así que entré al salón sin esperar que el timbre sonara. Arrastré la silla una vez estando en mi lugar -el rincón de la sala -y me senté en la silla acomodándome, y tratando de buscar una buena postura en caso de que me diera sueño y poder dormir. Saqué el teléfono del bolsillo de mi pantalón, ya que había sonado dándome a saber que un nuevo texto había llegado. Miré la pantalla, número desconocido.

Abrí el mensaje y esperé que se cargara, una foto venía dentro. Bajé un poco con mi dedo para leer lo que decía: "¿Tu novia te engaña? Vaya, Lauren... eso nunca me lo esperé... y tan santa que se veía, pero me doy cuenta que es una zorra más. Si no me crees, mira la foto, es del fin de semana pasado en la casa de Louis"

Fruncí el ceño y miré la foto. De primera, me costó reconocer a las dos personas que caminaban tomados de la mano dentro de una fiesta. Al ver que era Camila una ola de celos recorrió mi cuerpo. ¿A si que a eso había ido al campo? ¿A juntarse con esa imbécil? "Ella estaba revolcándose con otros mientras que tú estabas casi muerto por el alcohol y sufriendo por ella" me recordó mi subconsciente.

Miré por segunda vez la foto y me percaté que el acompañante de mi "novia" era alta, lacia y castaña

-Te conozco...-susurré por lo bajo tratando de reconocer esa cabellera bien. Steinfeld

Al darme cuenta que era ella, me levanté de golpe de la silla haciendo que esta se corriera hacia atrás y cayera al suelo provocando un fuerte sonido. Los alumnos que estaban dentro del salón, miraron alarmados hasta donde me encontraba, y al ver mi cara, se pusieron pálidos como si hubiera visto al mismísimo demonio. Y si, en estos momentos era el demonio -literalmente.

Caminé a paso rápido esquivando algunos cuerpos que se interponían en mi camino. El pasillo aún estaba lleno y los muy imbéciles no se hacían a un lado para poder pasar. Buscaba a Steinfeld con la mirada, pero no la encontraba. ¿Dónde jodidos te metiste. Steinfeld ? Escóndete bien, porque de estas no te salvas, hija de puta.

Cuando pensé que no la iba a encontrar, justo... JUSTO la pequeña Hailee Steinfeld  apareció en mi camino. Su sonrisa que hacía unos segundos traía había desaparecido al verme de repente. Mi respiración era agitada, y los puños los tenía blancos por la fuerza en la cual los empuñaba. Y puedo decirles, que faltaba poco para que saliera humo de mis oídos.

Steinfeld  me miró y comenzó a retroceder algunos pasos, mientras tragaba gordo. Yo comencé a avanzar lento pero amenazador, haciendo sonar cada uno de mis pasos como si de un cazador se tratase.

-Steinfeld ... te estaba buscando -vociferé con rudeza y amenaza a la misma vez -tenemos algunas cuentas que arreglar -le dije mientras la tomaba del cuello, pasando a arrugar su camisa a cuadros  perfectamente planchada.

A estas alturas, de nuevo los celos y la rabia se habían apoderado completamente de mí, haciendo que todos mis demonios despertaran y crearan a uno solo. Si tenía que darle una paliza a esta engendro, lo haría sin pensarlo dos veces. La que te espera, Hailee Steinfeld ...

Novia agresiva (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora