Capítulo ocho.

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Capítulo ocho.

Louis no sabía que responder, porque un "Oh, Hatty y yo fuimos amigos por años, nos vestíamos de princesas y jugábamos a la hora del té, junto a mi muñeca" No serviría, bueno sí. Pero sí le gustaba la idea de estar vivo, definitivamente NO serviría.

—Hm, n-nuestras mamis son amigas. —Dijo muy rápido, al borde de no entenderle, pero sus amigos hicieron un esfuerzo. —T-tenía c-cu-cuatro años cuando m-mi hermana me la dio porque a ella no le gustaba. —Mintió.

Y sí, se preguntan sí Louis no le agradó mentir, la respuesta es sí. Sentía sus mejillas casi al punto de ebullición y sus ojos estaban algo cristalizados, mentir es malo, mentir es malo, soy un mal niño. Se repetía en su mente, estaba a punto de padecer un ataque de pánico.

—Lou... —Dijo con severidad Liam—, a nosotros no nos importa que tengas una muñeca, no se Kim, pero a mí, me parece sumamente tierno. —Picoteó una de sus sonrosadas mejillas con su dedo, Louis rió. Definitivamente amaba a sus amigos.

Kim asintió. —Y-yo aún duermo con señor felpito. —Admitió sonrojada, Louis y Liam la observaron con el ceño fruncido. —Es mi oso de peluche, lo tengo desde los tres años.

Liam rió. —Ok, es el peor nombre para un oso. Definitivamente.

Kim con su postura de jarrón (sus brazos a cada lado de su cadera), enfrentó a Liam. —OH, dime genio... ¿cómo se llamaba el tuyo?

Liam bufó y se alzó de hombros. —Era un nombre espectacular. —Lo miraron con las cejas alzadas intentando adivinar aquel nombre para un juguete infantil tan espectacular como lo había descrito Liam—. Era 'señor FabulOSO'.

La rubia lo miró tratando de decirte "¿En serio?" con la mirada y gruñó. —Eres un descarado, ese es el peor nombre para un oso.

Y así comenzaron una disputa por quien era mejor bautizando juguetes. Louis suspiró dejando caer su trasero al pasto mientras su espalda estaba recargada en aquel gran árbol. Sacó su Smarthphone, el cual por supuesto que NO era el último modelo del año, ni del anterior, tampoco del año ante-anterior. Era un teléfono táctil con WI-FI y podía descargar un número bastante limitado de aplicaciones. Las cuales solo eran juegos y también YouTube.

Louis ama ver vídeo-tutoriales. Últimamente estuvo viendo vídeos donde las chicas realizaban unas hermosísimas coronas de flores. Él quería intentar hacerlas igual o incluso más bonitas que las que veía en aquellos vídeos. Compraría orquídeas falsas de las más pequeñitas, de color rosita, rosas blancas y una hermosa cinta de raso en un tono lavanda.

El castaño cerró sus ojos y se imaginó a sí mismo con aquella corona y sus mejillas se tiñeron de un hermoso rosa. Sintió sus ojitos húmedos.

"—Hatty...—susurró el pequeño Louis de ocho años entrando de puntitas a la habitación de su amigo Harry, el pobre rizado estaba internado en el hospital local por una reciente operación de apendicitis, esa misma tarde se iría a su casa, pero el pequeño Louis lo echaba mucho de menos.

El rizado sonrío al ver al ojiazul. —Pasa princesa, siéntate. —El pequeño obedeció dando un leve saltito para sentarse a un lado de Harry. —¿Has traído comida? Aquí sólo me han dado sopa sin sal y gelatina, demasiada gelatina.

Louis hizo un tierno puchero. —Hm, no. —Bajó su mirada—, te hice un regalo, sin embargo.

Harry lo abrazo con la mayor fuerza que su cuerpo recién operado le permitió. (Cosa que fue poca). —Muéstramelo princesa.

Flowers before Tattoos [larry stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora