—Ryuzaki, ¿te sientes bien? —no es una respuesta muy común en él, nunca me trata de esa manera. A pasos lentos se aproximó a mí y cuando estuvo en frente con aires de superioridad, me dedicó una mirada indiferente. ¿Por qué sus iris se ven rojos?, ¿le dio por ocupar lentes de contacto?

¿Ryuzaki? —su posición es mucho más elegante que antes, no se encorva y casi no tiene ojeras. Si se arregló debo admitir que se ve bastante bien, sin embargo, aun así, lo prefiero despeinado y atolondrado—. Oh... ya veo. Ryuzaki... —sonrió malicioso—, ¿Light, ¿no? —¿Qué le pasa? Asentí y ensanchó su sonrisa mostrándome la blancura de sus dientes—, eres lindo —dejó caer el bolso que llevaba al suelo y con una coquetería poco usual, se sentó en mis piernas sin pudor, cruzando las suyas en mi cintura. Un escalofrío me recorrió el cuerpo al ver la misma mirada lujuriosa de ayer por la noche antes de la llegada de Mikami. Sacudí ni cabeza al recordarlo—, muy lindo de hecho.

—Ryuzaki, ¿qué...? —sin temer q nada, empezó a friccionarse contra mi entrepierna, provocándome un espasmo extraño en el cuerpo.

Huele muy bien, aunque un poco diferente.

—Nada... —colocó sus brazos fascinado en mi cuello y acercó sus perfectos labios a mi oído. Lo mordió ligeramente y luego, con toda la confianza dela mundo, pasó su lengua logrando hacer que gruñera al percatarme de un cosquilleo que me estaba nublando la cabeza—, dime Light... ¿yo te gusto? —su trasero se frotó más fuerte contra mi erección y no fui capaz de evitar que se me acelerase la respiración—, porque... tú si me gustas...

Lo hace de nuevo... debo pararlo o nos verán...

—Ryuzaki, yo... —destinó mis manos firmemente a sus caderas y posó las suyas en mi pecho, deshaciéndose de la corbata y desabrochando mis botones— no de nuevo...

—¿Qué cosa? —murmuró en mi cuello mientras paseaba sus manos por mi abdomen. ¿Por qué no puedo resistirme a esto? Es como si me embriagara.

—Sé lo que intentas... ayer en la noche trataste también...

¿Ah sí? —cargó el sí liberando una risilla que me causó un escalofrío

—Sólo detente... por favor... —si bien no era yo el que tenía la iniciativa, no me sentía para nada dominado como las veces anteriores. Me daba la sensación de que yo podría avasallar a ésta extraña versión de Ryuzaki que en nada me desagrada en cualquier momento. No se impone, me seduce.

¿Por qué ese radical cambio de actitud?

Debo ser fuerte, no importa cuánto cambie, esto está mal.

—No es lo que tu pene pareciera que quiere... —deslizó delicadamente su mano e introdujo sus dedos dentro de mi bóxer—. Estás tan duro... ¿Te gustaría... penetrarme?

—¿Q-Qué? —pregunté exaltado al escuchar esa petición tan directa.

—Tengamos sexo... —con suavidad emplazó su boca a mi cuello y lentamente lo comenzó a besar—. No me apetece jugar, ver una película ni mucho menos nadar... —Su mano comenzó a ascender y descender por mi erección. Nunca me había tocado tan directo... ¿Cómo hace para que no desee alejarlo? —, es más... tenía ganas de masturbarme... —es tan odiosamente sexy que no lo soporto—, pero Lían tiene mucho trabajo ahora, no puede ayudarme con eso, y no deseo hacerlo solo...

—Ryuzaki, basta, esto está mal...

—¿Por qué eres tan moral? Aprende a dejarte llevar. Puedo asegurarte que no me embarazaré si es eso lo que te preocupa —bromeó con picardía.

—Pero...

—Nadie lo sabrá, además... no eres tú quien va a poner el culo.

Vaya... qué vocabulario.

—Independiente, lo que pasa es que...

—No seas aburrido... —desplazó sus manos quitándome hábilmente la camisa, lanzándola a no sé qué parte y se sacando la suya dejándome ver su pecho desnudo. Se le ve un poco más delgado, pero no le arrebata el atractivo—. Fóllame... —situó sus labios en los míos encajando nuestras lenguas y no fui capaz de evitar el cerrar los ojos sin corresponderle— dame duro... —es tan... erótico y obsceno...— no me importaría ser el sumiso de alguien tan guapo...

¿Alguien?

Eso es tan... diferente a Ryuzaki.

—Ryu... Ryuza... —traté de hablar, no obstante, ese vaivén de lenguas me extasiaba hasta el punto de nublarme la cabeza. Su boca tiene sabor a dulce de menta.

—Mírame... —levanté la vista y pude ver sus mejillas rojas, los labios rosas pálido un poco hinchados y la melena desordenada. Un rostro tan pornográfico como éste no creí verle jamás— muérdeme... —y otra vez, me chupó los labios buscando atraerme. Esta táctica le funciona mejor que el pasarme a llevar.

Se me fue el juicio a la mierda.

Me hace sentir embobado, corrompido, pero indiscutiblemente cautivado. Orienté mis manos a sus caderas y atraje su cuerpo al mío frotando suciamente su erección a la mía.

—Veo que ya estás entendiendo... —Su voz es tan persuasiva y arrogante... quisiera escucharlo gemir en el mismo tono—. Me prende esa tenacidad con la que me acercas...

La puerta.

Mi pulso.

Beyond... —sentí unas pisadas fuertes colocarse frente a nosotros con un aura increíblemente oscura—, ¿qué demonios crees que estás haciendo?

¿Cómo? ¿Ryuzaki?

Qué está pasando...

----------------------------------------------------------------------------------------------------

Curiosidad n° 2: Lían no se entrometerá en la pareja, sólo lo puse para darles un pequeño susto a las que ya conocían mi historia anterior xD Lo puse en el Fic con otro propósito (secreto aún)

Aquí los verdaderos antagonistas son Beyond y Mikami, a ellos los pueden odiar (?)

Las recontrasúperquieroadora adora, StrangeTH

Serás Mío (Death Note yaoi) Where stories live. Discover now