Serás Mío (Death Note yaoi)

Capítulo 10

Anoche... anoche fue la puta peor noche de toda mi vida.

No recuerdo haber dormido tan mal en años, lo juro. Ni siquiera cuando me tocó hacerlo en mi patio una noche con lluvia. Algún día contaré eso.

Argh, odio no descansar lo suficiente, me pone de un humor horrible.

¿Por qué me pasa esto a mí? Ni que hubiese matado gente en un mundo alterno para sufrir así...

Comencé a restregar mis dedos por la cara tratando de abrir mis ojos y escuchar lo que pasaba a mi alrededor, sin embargo, ardían demasiado como para poder lograrlo.

Ryuzaki... Ryuzaki tiró el colchón por la ventana... tiró MI colchón por la ventana, y como si fuera poco, al no querer dejarme solo, ninguno de los dos me soltó en toda la noche, tuve que dormir con ambos en mi cama, ¡AMBAS bestias apretándome como si fuese una muñeca!

Qué diablos hice tan mal, Dios.

—¿Señor Yagami, sería usted tan amable de repetir lo que acabo de decir?

Para colmo desperté con ojeras del terror, estoy tan exhausto que desde que la clase empezó no he podido prestarle atención al profesor ni un sólo segundo.

Debería existir una libreta con el poder de matar personas... ya sé a quién querría matar primero...

—Señor Yagami —me pregunto si alcancé a abrir las ventanas... no recuerdo haberlo hecho—, señor Yagami, última vez que le llamo, ¿quiere usted repetirme lo último que dije? —sentí un fuerte golpe en la mesa que me hizo dar un brinco de la impresión. ¿Qué le dio conmigo?—, ¿y bien? Dígame lo que dije —Qué fastidio...

—Me lo que dije.

La cara del profesor comenzó a ponerse roja de histeria por las risas que soltaron mis compañeros al escuchar mi desubicado comentario.

—Yagami, fuera —se cruzó de brazos con una vena marcada en la frente y ahí fue cuando recién reaccioné. Me encontraba tan somnoliento que era incapaz de hacer sinapsis en esos momentos—. AHORA.

Las risas se detuvieron.

—Está bien, está bien, pero no grite, ¿quiere? —me levanté bastante mareado del banco y apoyé mis temblorosas manos a los costados de la mesa—. ¿Hasta qué hora?—me sacudí el cabello con las manos haciendo un vago intento por despertar—, ¿antes o después de que termine su aburrida clase?

Quizás... Sólo quizás, no debí decir eso. Los "Uhh" de mis compañeros penetraron todo el silencio que existía en el salón.

—Yagami, a mi despacho después de clases. No quiero verlo hasta el término de la hora.

Para ser sincero, jamás creí que le diría eso a un maestro. Esto es el resultado de dormir menos de dos horas.

Hoy tampoco me podré ir temprano...

***

—Me contaron que estás castigado, no pensé que eras de esos, Light.

Ni siquiera sé qué hago buscando a Ryuzaki en la azotea...

—¿Puedo saber cómo sabes eso si acaba de ocurrir?

—De que puedes saber, puedes —sonrió y yo suspiré exhausto.

—El profesor me echó de la clase por no haber prestado atención... y... contestarle.

—Vaya, Light. Estás todo un rebelde —soltó mientras miraba al cielo y con expresión divertida.