Hay veces que Cielo Rojas se pregunta por qué no escribió Orgullo y Prejuicio, pero la respuesta es clara: ella no es Jane Austen, no nació en Inglaterra y no considera que tiene un talento de tal magnitud. Sin embargo no puede evitar rodearse de Li...
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Soy alguien que habla poco, pero que escribe demasiado.
Soy alguien de pocos secretos e incontables sentimientos.
Soy un verso, una estrofa y muchas veces un silencio.
¿Aceptas lo que soy?
Día 10. Mensaje de la chica de los post-its rosas.
"Nuestro libro de Jane", fragmento de Cielo Rojas.
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―Irradias tanta felicidad que me da mucha intriga. ¿Qué te sucede? ―preguntó Agnus, al instante en que ingresamos a nuestra habitación.
Reí y me tiré a la cama de un salto.
―Adiviná ―Le reto.
―Te has ganado una provisión de galletas por un año entero ―concluye mi amiga, al recostarse en la suya.
―Ay, eso solucionaría todos mis problemas económicos, pero no.
―¿Tiene algo relacionado con Kéven-sexi-mejor-amigo-de-mirada-psicótica? ―inquiere con notable tono de diversión.
―Sí.
―¿Se te confesó por fin?
―Ya quisiera...
―¿Entonces? ―Se acuesta a mi lado.
―Es él, Agnus ―digo sentándome con mi almohadón de margarita en brazos―. ¡Kéven es el chico de los post-its amarillos! Yo era la chica con la que él chateaba ―Hago comillas al decir la última palabra―. ¿Sabés cómo me enteré? Hoy me lo confesó...
―Ay, no... ¡Mataré a Clarkson! ―Se pone de pie de un golpe―. Con esa excusa de que padece verborrea ¡no tiene filtro! ¿Es que por una sola vez no puede quedarse callado? Habíamos ideado un plan perfecto: los juntaría a ambos para que se dieran cuenta de que son ustedes y ¡boom!, confiesen su mutuo amor. Ahora Austin viene a frustrar nuestro plan.
