Simplemente atada a ti. (Liam Payne) ©

Capitulo 35: En su lugar.

-Quiero verlo -le dije al doctor nerviosa luego de que este terminara de colocar el yeso en mi brazo.

El doctor me miro serio.

-Ya se lo he dicho, no puede recibir visitas y usted debe descansar, dormir.

¿Cómo podía dormir cuando no sabía nada de él desde hacía mas de una hora? Necesitaba verlo, asegurarme que estaba bien. Me sentí desesperada, los tranquilizantes comenzaban a hacer efecto en mi organismo y por mas que intentaba mantener abierto mis ojos, me era imposible. Los recuerdos de las últimas horas llegaban a mi mente como cuchillos clavándose en lo mas hondo de mi corazón.

No podría perdonarme jamás si algo le llegara a pasar, no podría vivir sin él. Era capaz de dar mi vida por la de él, lo amaba y no podía dejarlo ir.

El sueño estaba llegando a mi y quería transformarme en la persona mas fuerte para poder levantarme de aquí e ir a verlo.

Con angustia, tristeza, nervios, culpabilidad y un horrible temor, me quede dormida, esperando que cuando despierte, todo sea un mal sueño.

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Las luces de la ambulancia, el murmullo de las personas, y su cuerpo herido me hicieron despertar exaltada, encontrándome con la mirada preocupada de Bibi.

-Amy ¿como estás? -pregunto ella tomando mi mano.

Con trabajo me incorpore un poco en la cama y apreté su mano.

-Llévame con él Bianca. Quiero verlo -suplique.

La mirada de Bibi fue desviada al piso y supe que algo estaba mal.

-¿Que pasa? Dime que esta bien. ¡Dímelo Bianca! -grite con mi corazón palpitando descontroladamente en mi pecho.

El sentimiento de perdida se hacía cada vez mas fuerte y las ganas de correr a sus brazos eran insoportables. No había dolor humano que se comparara con lo que estaba sintiendo en ese momento.

-Amy cálmate -dijo Bianca tomando mis hombros intentando que no saliera de la cama.

Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba a punto de bajar de ella.

-¿Donde está? -pregunte mirándola a los ojos.

-Él . . . Amy, debes tranqui . . .

-¡Maldita sea Bianca! Dime donde esta, dime que esta bien -las lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas -Él esta bien ¿no es cierto?

Los ojos de Bibi recorrieron la habitación y yo estaba cada vez mas nerviosa. Esto no podía ser cierto, me sentía perdida, aturdida y el nudo en mi garganta no desaparecía por mas que dejara escapar mis lagrimas.

-No ha despertado Amy . . . y no saben cuando lo hará.

Un sollozo ahogado escapo de mi y los brazos de Bibi me rodearon. No podía perderlo, no podía estar pasando esto.

¿Como podría seguir si algo le llegara a pasar? ¿Como podría vivir sin su mirada, sin su risa? ¿Como podría seguir si él me fuera arrebatado?

Necesitaba ser fuerte, necesitaba estar para él.

Separe a Bianca bruscamente y sin darle tiempo me puse de pie, tomando el suero que estaba conectado a mi.

-¿Que haces? -pregunto Bibi colocándose frente a mi -No puede levantarte ¿estás loca?

-Necesito verlo -susurre con mis ojos fijos en la puerta e intentando apartar a Bibi con mi mano sana y la cual arrastraba con el suero.

-Llamare al medico -aseguro ella y me dio la espalda.