VIII. ¿DESTINO?

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VIII. ¿DESTINO?

— Hinata mira — sonrió Hanabi.

— ¿Qué sucede?...

— La primera nevada, es hermosa.

Era una noche fría en Konoha, la primera nevada apareció y Hanabi junto con Hinata la observaban desde la ventana.

— Hace tres años que no vemos una nevada juntas — Hinata la abrazó.

— Sí... Los extrañe mucho — le susurró. — Tengo que seguir estudiando — se retiró.

— Hasta mañana Hinata.

Hinata fue a su habitación y se sentó en su escritorio, los últimos días a pasado desvelandoce estudiando, pronto iban a ver exámenes y saldrían a vacaciones de Navidad. Siguió y siguió estudiando, ya sus ojos no podían mantenerse abiertos, fue a su cama y se quedó completamente dormida.

(···)

La alarma sonó y de entre las cobijas la apagó, se levantó fregandose los ojos, se cambió de ropa, poniéndose botas para la nieve y una bufanda, bajó a desayunar, saludando a su hermana y a su padre.

Hinata había decidido no hablar con Toneri, pensó que eso sería lo mejor.

— ¡Hinata! — el rubio apareció delante de ella.

— ¡¿Eh... Naruto~kun?!

— Perdón te asusté — Sonrió —¿Estudiaste para el exámen de hoy?

— Sí, pase toda la tarde estudiando.

— De seguro sacas buena nota.

Hinata no preguntó, sabía que el rubio ahora estaba en la lista de las notas más altas de su carrera. Él se había esforzado mucho para estar ahí.

— Bueno nos vemos luego — se despidió, todos los días era lo mismo, se encontraba con el rubio a la entrada y caminaban juntos y se separaban para ir cada uno a su clase; era como una rutina.

Después de unas largas horas de clases, se encontraban en la cafetería, estaban Ino, Sakura, Temari y Hinata.

— ¿Quieren naranjas? — preguntó Temari entregandoles una a cada una.

— Están deliciosas. — aboreó Hinata.

— Agg... están bien amargas. — se quejó Ino.

— A mí me saben dulce — dijo la azabache.

— Deben de haber unas dulces y otras amargas, creo.

— Hola chicas — llegaron Naruto, Sasuke, Sai y Shikamaru.

(···)

— Wow... todo esto es hermoso ¿Para cuándo la boda?  — preguntó con entusiasmo Hinata.

— Ya falta un mes — sonrió Tenten.

— ¿Estás nerviosa?.

— Sí, algo — suspiró — pero a la vez feliz y emocionada.

— El lugar de la recepción es preciosa y tu vestido es hermoso, vas estar hermosísima para ese día — La abrazó.

— Cuando le dije a Hanabi que ella llevaría los anillos, saltó de la felicidad.

— Creo que está más emocionada que tú — rió — Bueno me tengo que ir ya — se despidió.

Hace unos días, cada vez que salía de la universidad, iba a casa de su primo y pasaba un rato, después se iba, ya sea porque la llamaba una de sus amigos, Toneri o su padre. Y en las noches se ponía a estudiar, estaba muy agotada últimamente.

Tú siempre para mí | NaruhinaWhere stories live. Discover now