Dirigí mi mirada el pelinegro, percatándome de que la ojos de kiwi estaba hablando con él. Incómoda e intrigada por la conversación dirigí nuevamente mi vista a los chicos de aspecto diferente pero que yo conocía perfectamente. Estaban hablado animadamente sobre algo. Me acerqué lentamente, sintiendo como mis piernas temblaban de nervios, y me senté a su lado.

—¿Todo bien? —preguntaron al verme.

—Eso creo. —suspiré. —No creí que todo esto se fuera a poner tan... intenso.

—Eres Cassandra. Todo se pone intenso contigo. —dijo Troy con una sonrisa de lado.

Lo miré. —Que gracioso. —dije con ironía.

—Oye es la verdad, mujer. —dijo alzando las manos.

Rodé los ojos. —¿De qué están hablando?

—De lo que acaba de pasar. —respondió Géminis. —¿Tienes alguna idea del cambio de humor de Nelson?

Negué. —Estoy igual de sorprendida que ustedes. No sé qué le pasó.

—Te defendió. —puntualizó Jill.

—Pero Cassandra se "ha pasado" a su bando. —dijo Géminis.

—No es por eso. —dije. —Esta vez fue... distinta. Había algo diferente en la forma en que...

—Te veía. —finalizó Leonardo.

Asentí. —Exacto. El chico me defendió, si. Pero estaba diferente. Había algo en él que era diferente.

—¿Hablaste con él, cierto? —preguntó Troy.

—Err... si. —respondí. —¿Qué tiene que ver eso en esto?

—¿De qué hablaron? —preguntó Géminis con curiosidad.

—Él quería que "viera" el mundo como él lo ve. Claro que Nelson estaba justificando todo lo que hacía. Le dije que no, le hice saber lo q ir pensaba de él y de sus acciones.

—¿Nada más?

Asentí. —Nada más.

Se quedaron en silencio por un momento antes de volver a mirarme expectantes.

—La chica que estaba con él. ¿La conoces?

—¿Ojos de kiwi? —pregunté. Confundidos asistieron. —Un poco. ¿Por qué?

—Cuando fui por comida la vi hablando con Nelson. —respondió Jill. —Parecían conocerse de años. Hablaban como si se reencontraran, se veían tranquilos.

—¿En qué la implica en esto? —pregunté sin entender.

—¿No lo ves? —preguntó. Negué con la cabeza. —Nelson te defendió, después de hablar contigo y después de hablar con ella. Debió haber pasado algo por su pequeña mente de ardilla para que te defendiera de esa forma.

La miré un momento. Entendía su punto, pero lo que no encajaba era ¿por qué? ¿Por qué me había defendido?

(...)

~ Narra Luke ~

Nos reunimos en el comedor y empezamos a comer lo que sea que había cocinado la castaña. Ed y yo estábamos más que bien ahora que habíamos quedado en que no nos adelantaríamos ni nos rendiríamos en la búsqueda de Cassandra.

Revenge © |B#3|Where stories live. Discover now