Amor de Látex, Caucho y Goma

ESPECIAL NAVIDEÑO

Sé que aún es muy pronto pero ya estaba deseando colgar el primer especial y no me he podido contener...

Espero que os guste y debo deciros que estos 3 extras están narrados desde el punto de vista de Fran.

Un beso.

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Abrazo fuerte a mi hermano por última vez antes de que se monte en el coche para conducir de vuelta a casa.

Hace tanto frío que, sin darme cuenta, empiezo a correr hasta que encuentro refugio en mi hogar.

El aire de dentro huele a colonia y al mazapán recién horneado de Carlos.

Estas son las primeras Navidades que paso a su lado y, sinceramente, creo que la festividad me está empezando a gustar solo por él...

Verle con su delantal navideño y su jersey de cuello vuelto blanco cocinando dulces, es como contemplar un ángel caído del cielo.

Suspiro cuando el hilo de mis pensamientos se ve cortado ante la imagen de mi joven novio llevando una bandeja repleta de platos usados a la cocina.

La comida era tan exquisita que los comensales no han dejado ni las migajas...

Carlos vuelve al salón y se topa conmigo, observándole desde la puerta.

Sonríe y mi corazón bombea a cien mil revoluciones.

El brillo en sus ojos me deja embelesado por un momento y entonces, le devuelvo el gesto.

Puedo sentir como se derrite por completo desde aquí. Tener este control sobre él me vuelve realmente loco.

-¿Qué haces?- pregunto, aunque no me hace falta. Sé que está en su actitud completamente sumisa, que le arrastra a limpiar el desorden hasta que haya nueva orden por mi parte...

Lo que más me gusta de él es que, la mayoría de las veces, ni si quiera tengo la necesidad de mandarle algo, lee lo que deseo en mis expresiones y, sin demoras, lo hace realidad.

-Estoy recogiendo el salón- contesta entrando de vuelta a la sala de estar.

Yo lo sigo y descubro que el reproductor de música de la habitación sigue conectado.

La suave canción y la voz de Rod Stewart bañan el ambiente de calor.

Sin pensarlo me acerco a su espalda y sujeto sus manos para que suelte los vasos que había cogido.

-Deja eso- digo besando su cuello para después darle la vuelta y dejarlo contra mi pecho.

-Pero...- empieza a decir con un ligero y tierno sonrojo en las mejillas.

-Sshh Baila conmigo- contesto susurrando en su oreja.

Se estremece brevemente, mientras yo lo sostengo de las caderas, pegándolo más a mí.

Él coloca sus brazos pasándolos por detrás de mi cuello y yo agacho un poco mi cabeza para dejar reposar mi frente contra la suya.

Su aliento me llena, calentándome con su exquisito olor a dulce, como caramelo líquido.

Al segundo, ninguno de los dos puede esconder su erección pero, no nos importa, continuamos meciéndonos a un lado y a otro.

Carlos sonríe.

-Estamos bailando un villancico- bromea.

-Si es en inglés es como una canción normal...

El menor ríe echando su cabeza hacia atrás para mirarme a los ojos.