Capítulo 22: Este no es el final, lo juro

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Capítulo 22: Este no es el final, lo juro

Nico se levantó para darle dos besos a Laura, aunque aún no podía parar de reír al darse cuenta de su error.

-Lo siento chiquilla, siempre he sido un poco corto de miras ¿sabes?

-No puedo creer que pensaras que estaba con ella...- bromeo.

-Venga ya tío ¿vas a dejar de recordármelo alguna vez?

-Deja de sobrescribir lo que digo como si eso te diera alguna ventaja sobre el tema.

-Vale, vale... Dios es que no se me había ocurrido pensar que tendrías hijos... Sigues siendo un mocoso en mi mente.

-Bueno en mi mente sigues siendo un loco del metal...

-¡Eh! ¿Y quién dice que no lo soy?

Rio bastante y vuelvo a tomar aire de la mascarilla para evitar un ataque de tos.

La chica morena sonríe acercándose a mi cama para apartar las bolsas y dejarlas en el suelo, creando un hueco prefecto a mis pies para tomar asiento.

-¿Entonces estudiasteis juntos? Parecéis muy buenos amigos, no entiendo porque nunca me has hablado de él.

-Claro que te hablé de él. Nico. Mi mejor amigo desde pequeños. El que vive en Londres.

Ella abrió los ojos como platos mientras miraba al hombre que volvía a sentarse en la silla que estaba ocupando.

-¿Ese? Pero si me dijo que tenías el pelo larguísimo.

-Eso fue cuando era joven, rebelde y el pelo no me escaseaba por la coronilla.

Mi pequeña ríe un poco para luego dirigirse de nuevo a mí.

-¿Quieres ver lo que he traído?

-Sí.

La chica coge una bolsa negra con letras en blanco y saca un conejo de peluche que conserva desde que era bebé y que dice que le trae suerte.

Luego saca varios cambios de ropa. Uno para Fran, otro para ella y otro para mí.

Revistas y, por último, una caja negra grande que reconozco al instante.

Dentro está mi otro collar de sumiso. El blanco con hilos de oro y remates del mismo material que solo he usado en tres ocasiones especiales: Mi boda, el bautizo de mi hija y su primera comunión.

Suspiro porque ya he hablado sobre eso un par de veces con mi Amo.

No quiero llevarlo en la intervención por mucho que él se empeñe en eso. Es para momentos felices.

-¿Por qué lo has traído? Podría habérsele olvidado.

-Sabes que a papá jamás se le olvidaría esto...

-No voy a llevarlo.

-Eso es cosa vuestra, pero yo sé que para él significaría mucho papi.

Respiro fuertemente de la mascarilla mientras tomo la caja con la otra mano que me queda libre.

Cuando la abro el brillo y el olor a colonia cara me envuelven trayéndome recuerdos de la noche de bodas que pasamos acurrucados en la cama de aquel hotel de Madrid.

Si me muero, lo único que podrá recordar cuando lo vea es que lo llevaba puesto cuando me fui para siempre y eso no es lo que quiero.

-¿Puedo verlo?- pregunta la voz de Nico, devolviéndome a la realidad.

Solo asiento con la cabeza mientras giro la caja para que él pueda ver su contenido.

Al ver el collar sonríe tomándolo entre los dedos para leer mejor el bordado.

Amor de Látex, Caucho y GomaOnde histórias criam vida. Descubra agora