Capítulo 7: Ala ya sabes como soy, ahora, acéptame.

16.9K 787 155
                                    

Capítulo 7: Ala ya sabes como soy, ahora, acéptame.


Estábamos en un pub algo oscuro pero guay.

Ponían todo estilo de música. Lo mismo estabas escuchando a Fito y Fitipaldis que al segundo estaba sonando Linkin Park.

Había unas pequeñas mesitas y unos sillones negros muy cómodos en los que te hundías al sentarte.

Al grupo se habían unido una chica de pelo castaño claro con rastas y ojos azules que se llamaba Carolina y era la sumisa de uno, que se llamaba Rubén, que era un musculitos con la cabeza rapada al cero, ojos negros y perilla del mismo color.

Los cuatro bebían jarras de cerveza helada mientras mi Amo y yo tomábamos lo de siempre. Saboreé con desgana mi vodka con limón mientras ponía un gesto de resignación y agachaba la cabeza.

-¡Venga Frani!- todos llamaban así a Fran y la verdad es que me hacía gracia el mote- Se nota que al pobre muchacho se está muriendo de ganas, a ti te gusta la cerveza ¿qué te importa?

-Él está bien, Carol. ¿A que sí?- preguntó dirigiéndose a mí.

Fran ponía morritos y a mí se me caía la baba. Me levanté y me senté sobre sus piernas mientras afirmaba con la cabeza. Él me dio un pequeño pico para después apoyar la cabeza contra mi hombro.

Todos nos miraban algo extrañados y me pregunté si estaba haciendo algo mal porque, cada dos por tres, me miraban como si fuera un marciano de color verde o algo así.

-Líame un cigarro que voy a salir a fumar.

-No, déjalo yo te presto uno de los míos, vamos fuera- dijo Dani mientras empujaba a su hermano a la salida, guiñándole el ojo a los demás.

En cuanto la puerta se cerró todos me miraron. Yo me puse colorado y agaché la cabeza.

-¿Dónde conociste a Frani?- Carolina fue la primera en atreverse a preguntar.

Decidí contar la versión bonita de la historia.

-Él va a desayunar todas las mañanas a la cafetería de mis padres...

-¡Ah! ¿Sergio es tu padre?- preguntó Rubén.

-Sí ¿lo conoces?

-Sí, yo también voy con él todos los días, nunca te había visto.

-Es que yo voy a ayudarlos solo el fin de semana.

-Entiendo.

-Perdona que te lo preguntemos pero es que... todos estamos muy sorprendidos. Frani no se había comportado así con nadie- dijo Carolina.

-¿Así cómo?

-Pues tan relajado y feliz.

-Y además tú no lo miras con miedo- comentó Sara.

-¿Cómo iba a mirarlo con miedo? Es mi Amo se supone que va a cuidarme, a tratarme bien y a protegerme siempre.

-Eso es verdad, los Amos nunca dañamos a nuestros sumisos pero cada sumiso tiene sus límites y los límites de Frani son...- explicó Rubén pero no pudo terminar.

-Vamos que se nota que no has estado en su casa aún- rió Sara.

Los otros dos la fulminaron con la mirada mientras yo abría los ojos de par en par. Ya sabía porque sus otras relaciones no habían funcionado.

Al tratarlos de esa manera fría, los sumisos se asustaban y él, al notar ese miedo, sabía que no podía dar todas sus actitudes de buen dominante.

Amor de Látex, Caucho y GomaWhere stories live. Discover now