Capítulo 20: Te perdono

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Capítulo 20: Te perdono

Miré de nuevo las hojas de los análisis.

No entendía una palabra de ellos y no sabía por qué estúpida razón los seguía leyendo una y otra vez si no había nada que pudiera hacer.

Absolutamente nada que pudiera cambiar aquel horrible diagnóstico.

Lo que había empezado como un simple catarro había acabado siendo... ni siquiera quería pensar en ello.

Observé mi reflejo en el espejo retrovisor del coche para luego dirigir mi mirada hacia la casa, aquella casa que era mi hogar y el de mi familia.

Mi familia. Pensé en ellos y se me cortó la respiración.

La puerta principal se abrió y vi salir a Héctor, el hijo de Susana, con mi preciosa niña a su lado.

Era tan guapa.

Ambos se acercaron hasta el coche mientras yo terminaba de sacar las llaves del contacto y abría la puerta para salir a saludarles.

-Hola papiii- saludó Laura muy alegremente como hace siempre que quiere conseguir algo de parte mía o de Fran.

-Haber princesita caprichosa ¿qué quieres ahora?

Mi comentario hizo que Héctor sonriera de oreja a oreja mientras la chica morena hacía un puchero muy mono con los labios.

-¿No podrías dejarme ir a dar una vuelta con los amigos de Héctor?

-¿Con los amigos de Héctor? ¿Y qué vas a hacer tú con chicos tan mayores?

-No son tan mayores papá, solo me sacan tres años.

-Las renacuajas de 15 años no salen con chicos de 18.

-Solo vamos a ir al parque. Han puesto una pista de patinaje y quiero ir.

-Te prometo que la cuidaré bien Carlos- dijo el chico moreno con una sonrisa. A veces me asustaba lo mucho que se parecía a su madre.

-¿Qué te ha dicho tu padre?- pregunté a la chica.

-Que si tú me dejas perfecto.

-Eso ha dicho ¿eh? Pues vale, me parece bien, pero antes de las 22:00 tienes que estar en casa.

-Papá las 22:00 es demasiado pronto que tal... ¿Las 00:00?

-¿Estás de guasa?

Laura utilizó su última carta haciendo un puchero mientras jugaba un poco con los dedos en su pelo de ébano.

Yo resoplé débilmente y añadí.

-De acuerdo, las 23:00 y es mi última oferta.

-Bien papiii. Te quiero, te quiero- canturreó mientras me besaba en las mejillas.

Observé como se marchaba en el viejo coche negro y sonreí pensando que últimamente esos dos se habían hecho muy amigos.

Tendría guasa que al final se hicieran novios con lo mucho que Su y yo habíamos bromeado sobre el tema.

Entré en casa dirigiéndome directamente a las escaleras.

Solo quería cerrar los ojos y pensar que todo lo que me había dicho el médico no era más que una pesadilla.

Sin embargo, Fran detuvo mi avance saliendo del salón con su cara de enfado.

-¿La has dejado irse con esos chicos? ¿Estás loco?

-¿No habías dicho tú que si yo quería por tu parte estaba bien?

-Bueno... eso era porque pensaba que ibas a decir que no.

Amor de Látex, Caucho y GomaWhere stories live. Discover now