Capítulo 17: He tenido un sueño maravilloso

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Capítulo 17: He tenido un sueño maravilloso

Susana estaba sentada en el sillón al lado de Fran.

Le serví un café con hielo a cada uno y tomé asiento entremedias de los dos.

-¿Bueno me vas a contar qué te pasó? ¿Qué te dijeron?

-Oh, eso ya no es importante. Lo importante es que es vuestro cumple y que tenéis que abrir mi regalo.

-Los regalos los pensábamos abrir al final de la fiesta- dijo Fran.

-Ya pero es que el mío es algo especial...- respondió entregándome la gran bolsa que llevaba.

Yo fruncí el ceño. No sabía si debía dejar de lado aquel tema tan importante pero la cara de súplica de Susana hizo que fijara mi atención en lo que acababa de entregarme.

Dentro había una especie de cuadro fino envuelto en papel de regalo y otro paquete de color marrón que llevaba el símbolo de correos.

-Este es el mío ¿no?- dije señalando el que estaba envuelto.

-Sí.

Sonreí alegremente y saqué el otro de la bolsa.

Mi amo me miró con algo de curiosidad reflejada en sus ojos azules.

-¿Ese es mi regalo?

-Sí- contesté alegremente.

-¿Puedo verlo?

-De eso nada.

Puso un pequeño puchero mientras yo desembalaba el paquete que Susana nos había regalado.

Después de un rato quitando cinta aislante conseguí abrir el cartón superior.

Dentro había un látigo de empuñadura larga de color negro con cintas de cuero del mismo tono.

Yo abrí la boca al verlo. Era el que iba a comprar por internet. Lo olvidé con todo lo que pasó entre nosotros.

-¡Su esto es demasiado! Es muy caro, además yo conseguí el dinero ¿recuerdas?

-Sí, lo sé pero, te diré un secreto, pensaba regalártelo de todas formas- rió.

La abracé mientras mi señor aprovechaba para retirarme el paquete y examinar nuestro regalo.

Se le veía bastante complacido mientras enredaba sus dedos en las cuerdas.

Sonrió de lado y no pude evitar que todo mi cuerpo vibrara al tiempo que mis mejillas se enrojecían.

-Vaya si que tenéis buen gusto, mocosos...

-¿A quién estás llamando mocosa?- dijo Su poniendo una falsa expresión de enfado.

Ambos comenzaron a reírse mientras yo me quedaba perplejo con aquella camaradería que parecía haber surgido entre ellos de un momento a otro.

-Bueno- habló Fran poniéndose de pie- ¿Cuánto le queda a Nico para llegar?

-Unos minutos- contesté mirando distraídamente el reloj.

-Pues entonces voy a ir a meter todas vuestras cosas en el coche.

-De acuerdo, pero si intentas abrir tu regalo me enfadaré un mogollón.

-Tranquilo nene- contestó dándome un pequeño beso en los labios.

El rubio salió de la habitación con la mochila de Susana y los bultos donde habíamos guardado las toallas, los cambios de ropa y demás cachivaches para la piscina.

Amor de Látex, Caucho y GomaOnde histórias criam vida. Descubra agora