Frustrada y con lágrimas en los ojos, empecé a gritar aunque nadie me escuchara. Tenía la esperanza que el hechizo se rompiera, mi voz pudiera salir sin dificultad, que alguien llegara y me salvara.

Pero eso no pasó del todo.

La puerta se abrió, dejando ver a un Tyler -Lany- sorprendido y enojado.

El chico se acercó, tomó a Peter del cuello de la camisa y lo golpeó en la cara. Cuando este -Peter- salió de encima de mí, mi voz pudo salir. Y lo poro mero que salió fue un sollozo.

-No la vuelvas a tocar, imbécil. -dijo Tyler en un gruñido.

El moreno me miró. -Veo que ya te conseguiste a otro. ¿Y dónde quedó el chico castaño? ¿Luke? -detrás de toda la sangre que su nariz choreaba, sonrío.

Algo en mi corazón se rompió.

-Fuera. -pidió Tyler en un gruñido. Al ver que Peter no lo obedecía, gritó. -¡Fuera!

-Adiós, rubiecita. -dijo el chico saliendo de mi habitación.

Cuando la puerta se cerró, mi llanto se hizo posible. Quería que esto acabará, pero no se podía. Esto lo había ocasiones así yo, yo había decidido venir aquí y ahora no me podía retractar.

-Cassandra, tranquila. Respira. -dijo Tyler, tratando de calmarme. -¿Te hizo algo?

Negué. -Nada.

-Es la segunda vez que veo que te hace daño. No me está cayendo bien ese chico. -comentó con una mueca.

A pesar de estar llorando, reí.

-¿Ahora te preocupas por mí?

Se encogió de hombros. -No está de más preocuparse por los amigos, ¿o sí?

-¿Somos amigos? -pregunté riendo.

-Creí que cuando me viste sin camisa, cuando bromeé contigo, cuando te salvé del idiota de Peter y cuando te conté parte de mi vida había quedado claro. -respondió. -¿No lo somos entonces?

Sonreí de lado y le di un abrazo.

-Gracias, amigo.

(...)

Caminé junto a Tyler hacia lo que él llamaba salón de reuniones. Estaba nerviosa y ansiosa por lo que fuera que me esperara ahí. Y aunque Tyler estaba conmigo, no me sentía segura.

Pasé mis manos por décima vez por mis piernas, secando el sudor que había en ellas.

-Deja de hacer eso, me estresas. -dijo el chico mientras caminábamos por los pasillos.

-Lo siento. Estoy nerviosa. -respondí.

-Seguramente la reunión a es para hablar con la jefa. -dijo rodando los ojos. -No es nada importante.

-¿Quién es la jefa? -pregunté.

Se detuvo y me miró. -Nicole.

Abrí los ojos como platos y le di un golpe en el brazo.

-¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! ¿¡Sabes que puede hacerme si me ve!? -exclamé molesta.

-Acabo de recordarlo, ¿sí? -respondió alzando las manos.

-¡¿Cómo puedes olvidar algo así?! -pregunté alterada. -Es mi maldiga prima, una que trato de matarme. ¡Eso no se puede olvidar!

-Ya, tranquila. -dijo asustado.

Tapé me rostro con las manos. Si antes estaba nerviosa, ahora estaba enojada.

Si Nicole me veía trataría de matarme y la sala se llenaría de gritos, cristales, ramas y demás. Entre las dos trataríamos de matarnos.

Revenge © |B#3|Where stories live. Discover now