¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA! ―La pelirroja golpeaba con una mano el escritorio mientras con la otra se sostenía el estómago de la risa―. Mira es una mente demoniaca... Tengo que felicitarla cuando la vea... ¡Hacerte leer eso! ¡JAJAJAJJAJAJAJA! Pero estoy segura que lo merecías...

El peliazul los miraba sin comprender, pero ver a la pelirroja reír de esa manera le estaba resultando una delicia visual. Su pecho subía y bajaba mostrándose apretado en el escote del vestido, sus ojos brillaban y sus mejillas se sonrojaban. Siendo sincero con el mismo, sentía un poco de envidia de Laxus, así que disimuladamente tosió para llamar la atención.

¡Por un carajo deja de reírte y continua con lo de Fernandes! ―Casi gritó el rubio avergonzado aprovechando la tos del peliazul. «Imbécil de mi por contarle eso» Se regañaba mentalmente el dueño del restaurante.

Está bien, está bien... ―Habló con voz ahogada a causa de la burla. ―Pero se te olvidó algo... ―Lo señaló con el dedo amenazándolo

¡Tsk! ¡Maldita sea! ¿Puedes dejar esa tontería?

Entonces a cambio de eso deberás la leer la historia completa, y déjame decirte que lleva quince capítulos en los qu...

¡ERZA SA-SAMA! ―La interrumpió en un grito casi histérico el rubio. «¡Quince capítulos de esa... de esa...» El acostumbrado a las palabrotas Laxus Dreyar no encontraba el insulto lo suficientemente grande para el pequeño y traumante párrafo que leyó. Preferiría lastimar un poco su orgullo a leer una línea más de esa historia.

¿Ves? Era algo sencillo ―Sonriendo volvió a ver al peliazul―. ¿En que estaba? Ah sí, el transporte ¿En qué escuela estudia su hermana?

En Fairy Tail.

Excelente elección de escuela. ¿Nombre completo?

¿Eh?

Necesito solicitar el permiso de transporte.

Eso lo puedo hacer yo.

Claro que sí, pero no podrás hasta el lunes y mientras se procesa y el papeleo y todo eso tardará una semana en obtenerlo, en cambio yo puedo llamar al abuelo de éste oxigenado y tenerlo listo el lunes.

Ça, alors! ―Bufó cansado.

La pelirroja lo miró con el ceño fruncido. ―Basta de quejas e ironías esto es para ayudar a su hermana, pórtese como un buen niño y coopere ¡No me haga castigarlo...! ―Habló con un intento de broma.

¡Jajaja! Flojito y cooperando, Fernandes. ¡Joder! Sí vas empezar con el acoso sexual al menos se más sutil, Er...

No pudo terminar porque una avergonzada pelirroja que había entendido lo insinuante de su intento de broma se lo llevó arrastrando del cuello de la camisa, lo tiró al pasillo y cerró de un portazo. Luego de eso la mujer respiró hondo, se calmó y como si no hubiese pasado nada se sentó en el escritorio.

Ninguno de los dos hombres podía contener la sonrisa en su rostro.

¿Nombre? ―De nuevo su tono autoritario llenaba la habitación.

Wendy Marvell Fernandes, con dos eles en Marvell.

Nunca había escuchado ese nombre, es lindo... ―Dijo con una sonrisa que cautivaba más y más al peliazul.

DULCE DESTINOWhere stories live. Discover now