Dicen que el universo es infinito, pero nadie advirtió que la locura que alberga lo sería aún más.
Pero en un mundo donde la abuela de Momo es una médium y los alienígenas buscan reproducciónespelusnante, el verdadero terror no está en lo que no ent...
Itsuki está en el suelo, la nariz sangrando, aturdida.
Momo está de pie junto a ella, temblando de rabia y dolor.
Okarun, Jiji y Aira están en shock.
Jiji, Aira y Okarun reaccionan en un instante. Jiji y Okarun corren hacia Momo, mientras Aira se arrodilla junto a Itsuki.
La intención de Momo es clara: volver a atacar. Sus ojos están llenos de una furia ciega, y su ki chispea peligrosamente.
Jiji toma los brazos de Momo por detrás, inmovilizándola con su fuerza.
—¡Momo, detente! ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Estás loca?! —Okarun corre al otro lado de Momo, ayudando a Jiji a sujetarla.
Su rostro está pálido, dividido entre la preocupación por Itsuki y la incredulidad por la actitud de Momo.
—¡Momo, cálmate! ¡Itsuki-san está herida!
Momo ignora a Jiji y Okarun. Sus ojos, llenos de lágrimas y odio, se clavan en Itsuki, que intenta levantarse, con la sangre goteándole por la barbilla. Las palabras brotan de ella como una herida abierta.
Llorando a gritos, con la voz ronca de dolor, Momo comienza a reclamarle a su prima.
—¡¡ME QUITASTE TODO!! ¡¡A Okarun!! ¡¡Mi felicidad!! ¡¡Tú con tus mentiras, con tu cara de mosca muerta!! ¡¡Me usaste!! ¡¡Dijiste que no te importaba la apuesta y me hiciste quedar como una idiota! ¡¡Y ahora... y ahora él también te mira a ti!!
Sus gritos son desgarradores. Itsuki, en el suelo, con el rostro manchado de sangre, intenta hablar, intenta preguntar qué está pasando, pero Momo no se lo permite.
Continúa con su ataque verbal, liberando todo el resentimiento acumulado.
—¡¡TE ODIO!! —grita desesperada, con el rostro lleno de lágrimas— ¡¡Ojalá no fuéramos familia!! ¡¡Ojalá pudiera cortar los lazos de sangre contigo!! ¡¡Haría lo que fuera por no ser naya tuyo!!
Las palabras de Momo cortan el aire como cuchillos. El grito de "te odio" y "cortar los lazos de sangre" es lo que rompe por completo la atmósfera.
Itsuki se encoge. Jiji y Okarun se miran, la situación es insostenible. Aira, a pesar de todo, mantiene la calma, consciente de la magnitud del desastre.
—¡Suficiente! —suemta Aira, clara y firme, con autoridad— Esto no puede seguir así. Necesitamos espacio.
Aira decide que Itsuki pasará la noche en su casa. Se levanta y ayuda a Itsuki a ponerse de pie, guiándola lejos de la escena. La mirada de Itsuki está perdida, su rostro pálido y magullado, pero no derrama una sola lágrima. Su máscara de frialdad se ha reforzado, a pesar del dolor.
Jiji y Okarun acompañan a Momo hasta su casa, para evitar cualquier problema o que se meta en más líos.
Momo no dice nada durante el camino, solo llora en silencio, sus hombros temblando de forma incontrolable. Una vez en casa, abre la puerta sin mirar a nadie.
—Váyanse —su voz es un susurro ahogado—. Quiero estar sola.
Jiji y Okarun se miran. Saben que no hay nada más que puedan hacer por el momento.
Con una mezcla de alivio y una profunda tristeza, se van, dejando a Momo sola en la oscuridad de su casa.
Jiji se dirige a la suya, con un semblante serio. Okarun, por su parte, camina hacia su casa, la imagen de Itsuki en el suelo y las palabras de Momo martilleando su mente. La confusión y la culpa lo devoran.
En casa de Aira, el ambiente es tranquilo, con la luz tenue de su habitación y el aroma a lavanda de un incienso que la peli rosa encendió.
Aira revisa cuidadosamente la nariz de Itsuki. No parece rota, pero el impacto ha sido fuerte. Itsuki está sentada en la cama, inmóvil, su rostro vacío de expresión.
—No está rota. Pero necesitará hielo.
Itsuki asiente, pero no dice nada. Su silencio es pesado, lleno de un dolor indescriptible. Aira la observa, sintiendo el temblor de su ki, la barrera que Itsuki está levantando desesperadamente para contenerse. De un momento a otro, sin previo aviso, la máscara de Itsuki se rompe. Un sollozo desgarrador brota de su pecho, un grito silencioso de angustia. Las lágrimas fluyen por su rostro magullado, incontrolables, calientes y amargas. Es un llanto que viene de lo más profundo de su ser, un llanto de vulnerabilidad absoluta que Aira nunca había presenciado.
—¡¿Por qué... por qué está pasando todo esto, Aira?! —pregunta entre sollozos. Su voz es apenas audible—. ¿Por qué el universo se esmera en arruinarlo todo? Cuando parece que las cosas van bien, cuando Momo y yo nos estábamos... acercando... algo malo siempre sucede ¡Siempre!
Sus manos se aferran a su falda. Está destrozada. El amor por su prima, el dolor de sus palabras, la incomprensión de todo lo que acaba de pasar, se mezclan con su propio dolor por Okarun.
Se siente atrapada en un ciclo interminable de conflicto y tristeza, un equilibrio que nunca logra mantener. El universo parece conspirar contra ella, y ahora Itsuki, la fuerte Kagemiya, no tiene una solución. Solo el dolor, y la desesperación de no saber cómo reparar el corazón de su prima, ni el suyo propio.
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DATO La frase de Momo, "cortar los lazos de sangre", es una declaración muy grave en la cultura japonesa, donde los lazos familiares son sagrados. A nivel espiritual, tales declaraciones, cuando se hacen con una emoción tan intensa, pueden tener un impacto energético real, debilitando los lazos espirituales entre individuos y haciendo que ambos sean más vulnerables a influencias externas o a la disonancia de su propio ki.