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Han pasado algunos días desde el último encuentro. El sol de la tarde ilumina la biblioteca de la escuela.

Itsuki y Okarun están sentados en una mesa, rodeados de libros, trabajando en un proyecto escolar de historia, pues, a pesar de todo, la vida académica sigue.

El ambiente entre ellos ha vuelto a una incómoda normalidad, una especie de tregua silenciosa desde la noche del museo. Hablan de fechas, eventos históricos y cómo la Turbo Abuela podría haber influido en las guerras del pasado.

​Okarun ríe, un poco más relajado mientras hacen teorías algo tontas.

-Entonces, ¿crees que la Turbo Abuela podría haberle susurrado a Oda Nobunaga que usara mosquetes?

​Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Itsuki, la primera genuina que Okarun le ve en días. Se siente bien volver a esta familiaridad.

-Es una teoría plausible. Su influencia en los eventos históricos a menudo se subestima.

El ambiente es casi como antes, cuando solo eran ellos dos, inmersos en lo excéntrico. La tensión entre ellos ha disminuido, y su comunicación, aunque cautelosa, vuelve a fluir.

​De repente, la puerta de la biblioteca se abre y Momo entra, su rostro radiante como siempre, hablando animadamente con Zuma a su lado.

Se detiene al ver a Itsuki y Okarun. Una sonrisa aún más grande se extiende por su rostro. Sin dudar, se acerca a la mesa, tirando de Zuma con ella.

​-¡Itsuki-chan! ¡Okarun! ¡Están aquí! ¡Genial! -suelta Momo con su habitual energía.

​Luego, con un brillo en los ojos, Momo toma a Okarun del brazo, un gesto familiar, y lo presenta.

-A mi prima ya la conoces. ¡Y él es Okarun! ¡Mi mejor amigo!

​Zuma mira a Okarun. Okarun asiente, con una sonrisa forzada mientras acomoda sus lentes con una mano. La forma en que Momo ha presentado a Itsuki como "mi prima" y a Okarun como "mi mejor amigo" no pasa desapercibida para Zuma.

Su mirada se detiene en Itsuki por un instante, y luego en Okarun. Hay una intriga evidente en sus ojos. Él había asumido algo diferente.

​Zuma le sonríe a Okarun, una sonrisa amigable, pero con una subyacente curiosidad.

-Es un placer, Okarun. Momo me ha hablado mucho de ti -el pelinegro asiente, sintiendo la tensión, pero intentando ser cortés.

-El placer es mío, Zuma-kun.

​Después de un breve e incómodo intercambio, Momo decide que deben irse. Se despiden y salen de la biblioteca. Una vez que están lo suficientemente lejos, Zuma no puede contener su curiosidad.

Se vuelve hacia Momo, con una expresión de perplejidad y una pizca de esperanza.

-Momo, ese chico... Okarun... ¿él es... su novio? ¿El novio de Itsuki-san?

​Momo lo mira. La pregunta de Zuma la toma por sorpresa. La sonrisa en su rostro se desvanece lentamente. Sus ojos se abren de par en par.

La apuesta, la guerra silenciosa, la frustración... todo vuelve a ella con una fuerza demoledora.

Se da cuenta de que Itsuki aún no le había dicho la verdad. No sabía que Itsuki sí había luchado, que Okarun, al final, había rechazado a Itsuki. Y tampoco se había dado cuenta de la forma en que Zuma la había mirada... la mentira de Itsuki sobre salir con sus amigas.

​-¿Itsuki-chan...? ¿Su novio? -su voz es apenas un susurro, llena de una mezcla de shock y dolor. La palabras de su prima resuenan en su cabeza: "Veremos si eso realmente sucede"- Yo... yo no lo sé. Tal vez sí, tal vez no.

​Zuma sacude la cabeza, una sonrisa de alivio y deseo se extiende por su rostro. Sus ojos brillan con una nueva determinación. No sabe el caos que acaba de desatar.

-Sería excelente si no lo fuera. Porque ella... ella es tan linda.

​La frase de Zuma es como un golpe. Momo se congela. El mundo entero se detiene. La verdad la golpea: no solo Okarun la había rechazado indirectamente a favor de Itsuki -o al menos eso creía-, sino que Zuma, su "salvador", su "tipo ideal", también estaba... interesado en Itsuki.

Las lágrimas de rabia, frustración y una traición inesperada, se acumulan en sus ojos. Se siente usada, manipulada y sobre todo, reemplazada. Otra vez. El desmoronamiento es total.

​El final de las clases. Itsuki, Aira, Okarun y Jiji están cerca de la entrada de la escuela, conversando. El ambiente es relajado, casi normal. De repente, una figura aparece acercandose a ellos con velocidad.

Es Momo.

Su rostro está contorsionado por la ira y el dolor. Sus ojos están inyectados en sangre, y su aura psíquica irradia una energía incontrolable.

Su mente, impulsiva y enloquecida por la "traición" y la confusión, ha llegado a una única conclusión: Itsuki la ha engañado. Itsuki ha jugado con ella. Itsuki le ha quitado todo.

​Antes de que Itsuki o cualquiera pueda reaccionar, Momo se abalanza sobre su prima.

Con un grito gutural de rabia, su puño cerrado, impulsado por una combinación de frustración, celos y el shock de la última revelación, golpea a Itsuki directamente en la cara.

El impacto es seco y brutal. Itsuki, tomada completamente por sorpresa, cae al suelo, aturdida.

El silencio se apodera del grupo, roto solo por el gemido de dolor de Itsuki y la respiración agitada de Momo.

Todos miran, perplejos, a Momo, que está temblando de furia, con las lágrimas corriendo por su rostro. El caos ha estallado. La verdadera guerra acaba de comenzar.

 La verdadera guerra acaba de comenzar

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DATO CURIOSO

La impulsividad de Momo, aunque a menudo efectiva en combate, es también su mayor debilidad emocional. Su reacción visceral a la confesión de Zuma la lleva a actuar sin pensar, convirtiendo su dolor en una agresión directa. Este tipo de descontrol emocional puede ser muy atractivo para ciertos yōkai que se alimentan de la energía psíquica desatada, lo que podría traer una nueva amenaza inminente.

DanDaDan ?Where stories live. Discover now