꒷꒦17꒦꒷

12 4 0
                                        

Una noche tormentosa. Hay lluvia torrencial y truenos ensordecedores.

Momo, Okarun e Itsuki están en lo profundo de un bosque, lejos de cualquier civilización.

Han sido arrastrados allí por un yōkai legendario y extremadamente poderoso: un Raiju, la bestia del trueno, que se ha vuelto loco, absorbiendo la energía de una línea ley desestabilizada y sembrando el caos con relámpagos y vendavales.

La batalla es brutal; los tres están agotados, heridos y al límite.

​El Raiju, una criatura de pelaje azul eléctrico y ojos brillantes, ruge, y un rayo de energía pura golpea el suelo cerca de Momo, haciendo que vuele por los aires.

Okarun, transformado, intenta atacarlo con la fuerza de la Turbo Abuela, pero el Raiju es demasiado rápido, esquivando sus golpes y contraatacando con descargas eléctricas. Itsuki, con su energía Kitsunebi azul, crea barreras defensivas y lanza pequeños proyectiles de energía, pero el Raiju es implacable.

​—¡Esta cosa es un tanque de energía! —exclama Momo, exhausta. Uno de sus brazos sangra por una herida— ¡No podemos acercarnos lo suficiente!

—Sus ataques son… son demasiado fuertes —responde Okarun, con ese tono de voz depresivo que parece fastidiado—. Mi cuerpo no podrá resistir otro impacto directo.

​Itsuki, que ha estado evaluando la situación con una concentración fría, nota un patrón. El Raiju tiene un punto débil: un nudo de energía en su lomo, que solo se expone por un instante después de sus ataques más poderosos. Es una ventana diminuta.

​—¡Momo! ¡Okarun! ¡Su lomo! —grita ella, con voz tensa— ¡Después de su ataque de relámpago más grande! ¡Es su punto de conexión con la línea ley! ¡Hay que golpearlo ahí!

​El Raiju se prepara para un ataque devastador. La electricidad chispea a su alrededor, el aire crepita. Es el ataque que Itsuki predijo. Momo se prepara, cargando su mejor ataque. Okarun tensa sus músculos, listo para lanzarse. Pero saben que no llegarán a tiempo para golpear el punto débil.

​Itsuki, con los ojos fijos en el Raiju, toma una decisión en una fracción de segundo. Una decisión basada en la lógica y el sacrificio. Grita.

—¡YO LO CONTRALANZARÉ! ¡DENME UNA ABERTURA!

​Antes de que Momo y Okarun puedan protestar, Itsuki se lanza.

No para atacar, sino para interponerse. Crea una enorme barrera Kitsunebi azul, no para desviar, sino para absorber la mayor parte del rayo.

El impacto es monumental. Itsuki grita, su barrera se rompe, y la energía del Raiju la golpea de lleno. Su cuerpo es lanzado contra un árbol con una fuerza brutal, y se desploma en el suelo, malherida, un pequeño charco de sangre oscura extendiéndose lentamente bajo ella. Pero ha logrado desviar lo suficiente el ataque del Raiju para que su punto débil se exponga por un instante más largo.

​Los ojos de Momo se abren de par en par, el horror en su rostro.

—¡ITSUKI! —grita con desespero.

​Okarun, transformado, la ve caer. La imagen de Itsuki herida, sangrando… todo lo demás se desvanece. El dolor en su pecho, la urgencia de protegerla, es abrumador. Ignora el plan, ignora al Raiju. Corre hacia Itsuki.

—¡ITSZUKI-SAN!

​El Raiju, aturdido por su propio ataque y la inesperada resistencia de Itsuki, no reacciona a tiempo. La ventana de oportunidad se cierra.

Momo, furiosa y desesperada, ve cómo Okarun corre hacia Itsuki, dejándola sola contra la bestia. La rabia pura la inunda. La preocupación por Itsuki choca con sus propios celos y la sensación de abandono.

—¡¡Okarun, idiota!! —Momo grita. Una furia hirviente en su voz, sus ojos arden— ¡¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!! ¡¡NO ME DEJES SOLA CON ESTA COSA!!

​Pero Okarun no la escucha. Está arrodillado junto a Itsuki, que está inconsciente, su cuerpo tembloroso por el shock, la sangre brotando de una herida grave en el costado.

El Raiju, habiendo recuperado algo de su fuerza, ruge de nuevo, listo para atacar.

​Momo siente el rayo de furia acercarse. Con un grito gutural, canaliza toda su rabia, toda su frustración, todos sus celos en un ataque desesperado. Su cuerpo llega al límite, lanza una patada con toda su fuersa, de manera masiva.

Es un ataque errático, pero poderoso, golpea al Raiju en la cabeza, aturdiéndolo por un instante.

​El Raiju, aunque no derrotado, ahora está confundido y herido. La lluvia torrencial se intensifica, y la bestia, sintiendo la desorganización de sus atacantes y su propia vulnerabilidad, decide retirarse. Con un último rugido, se desvanece entre los árboles, su energía disipándose en la tormenta.

​Momo se desploma, agotada, su brazo casi sin sentir. Su ira se convierte en un agotamiento sombrío. Mira a Okarun, todavía arrodillado junto a Itsuki, sin prestarle atención alguna. La escena es dolorosa. La lluvia lava la sangre, pero no el resentimiento.

​—Okarun… —la voz de Momo es apenas un susurro. Siente un dolor helado.

​Él no responde. Está completamente absorto en Itsuki. La atmósfera se vuelve densa, pesada. La batalla ha terminado, pero no la guerra interna.

​La lluvia no cede. Es demasiado tarde para volver a casa. La tormenta es implacable.

Después de unos minutos, Okarun, con Itsuki cuidadosamente en sus brazos, comienza a buscar refugio.

Por pura casualidad, encuentran una cabaña abandonada, casi cubierta por la vegetación. Es un lugar pequeño, sucio y frío, pero ofrece refugio de la tormenta.

​Adentro, el silencio es ensordecedor. Okarun deposita a Itsuki suavemente en el suelo mientras su transformación se desvanece.

Momo se sienta en una esquina, mirandolos con algo muy parecido al odio. Nadie dice nada. El aire está cargado con la ira de Momo, la desesperación de Okarun y el dolor de Itsuki.

La tensión es tan palpable que podría cortarse con un cuchillo. La tormenta ruge afuera, un eco del caos dentro de ellos.

La confianza está rota, los sentimientos expuestos.

La confianza está rota, los sentimientos expuestos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

DEFINICIONES

Raiju: Los Raiju son yokai de tormenta a menudo asociados con el trueno y el relámpago. A veces se dice que toman la forma de una comadreja, un lobo o incluso una bola de fuego. Son extremadamente poderosos y temperamentales, capaces de causar incendios y devastación. Un Raiju enfurecido y alimentado por una línea ley desestabilizada es una amenaza de nivel cataclísmico, requiriendo un enfoque altamente coordinado y sacrificios inesperados.

DanDaDan ?Where stories live. Discover now