Han pasado dos días desde el incidente del Tsukumogami y la "reunión familiar" en casa de Momo. Las heridas están sanando, pero la tensión en el ambiente es palpable. La casa de Momo, aunque tiene la protección de la abuela Seiko, ahora se siente como un punto de interés para lo sobrenatural.
Es media tarde. Momo está en su habitación, intentando estudiar, pero su mente no puede concentrarse. Jiji está probablemente en algún lugar, alardeando o tratando de contener a Mal de Ojo. Aira está sentada en el jardín, meditando.
Okarun, por su parte, no puede dejar de pensar en lo que Itsuki hizo por él. La sensación de purificación, la calma de su presencia… Sus sentimientos por ella, aunque aún confusos, crecen con cada momento. Está en la sala, fingiendo leer un manga.
Itsuki está en el jardín trasero, cerca del pequeño altar de la abuela Seiko. Sus ojos están cerrados, esta de rodillas, sus manos formando un mudra mientras susurra algo inaudible. Un ligero brillo azul parpadea a su alrededor.
Repentinamente, sus ojos se abren de golpe, sus pupilas se contraen. Su expresión se vuelve grave.
—Una anomalía. Cerca. Demasiado cerca —murmuró para sí misma.
Siente una punzada de energía negativa, una especie de 'agujero' en el tejido espiritual que se está abriendo a poca distancia de la casa.
No es un yōkai errante, es algo que se está formando, atrayendo oscuridad. Es sutil, pero inconfundible.
Itsuki se levanta de un salto, su mochila ya en su hombro. Sin decir una palabra a nadie, su figura se mueve con una fluidez casi fantasmal hacia la puerta trasera.
Su intención es clara: investigar sola.
No quiere alarmar al grupo, ni que Momo y Okarun se expongan a un peligro desconocido después de sus recientes heridas. Es su deber, su responsabilidad.
Okarun, que estaba 'leyendo' en la sala, la ve salir por el rabillo del ojo. La gravedad en la expresión de Itsuki, la rapidez y el sigilo de sus movimientos… sabe que algo anda mal.
La preocupación inunda su mente. Se ha arriesgado por él, ahora él quería hacer lo mismo. «Ella va a ir sola. Eso es… peligroso. Ella es fuerte, sí, pero… ¿y si se mete en problemas? No puedo dejarla ir sola.», pensó el pelinegro.
Con una determinación que sorprende incluso a sí mismo, Okarun deja caer el manga y se desliza hacia la puerta. Su timidez se ve opacada por una nueva valentía nacida del agradecimiento y un incipiente afecto.
Sale al jardín, viendo la figura de Itsuki ya doblando la esquina de la calle. Respira hondo. «Tengo que ser sigiloso. Ella es muy buena detectando cosas. No puedo dejar que me descubra.», volvió a pensar.
Okarun, con una habilidad sorprendente para moverse desapercibido –quizás un efecto secundario inesperado de sus encuentros con lo sobrenatural–, comienza a seguir a Itsuki. Mantiene una distancia prudencial, ocultándose detrás de postes de luz, autos aparcados y pequeños arbustos. Su corazón late con fuerza, tanto por el nerviosismo de la misión como por la simple proximidad a Itsuki.
Por otro lado, Itsuki se mueve con propósito. Su ruta la lleva a un pequeño parque público, aparentemente normal, pero el "agujero" en la energía es más fuerte allí. Se acerca a un viejo árbol de cerezo, sus ramas desnudas en esta época del año, sintiendo la anomalía concentrada alrededor de sus raíces.
La energía es fría y pesada, una mezcla de desesperación y algo sobrenatural.
—Así que aquí es donde te manifiestas —murmuró la pelirroja.
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DanDaDan ?
FanfictionDicen que el universo es infinito, pero nadie advirtió que la locura que alberga lo sería aún más. Pero en un mundo donde la abuela de Momo es una médium y los alienígenas buscan reproducciónespelusnante, el verdadero terror no está en lo que no ent...
