ＤａｎＤａＤａｎ ?

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​Se arrodilló, tocando la tierra. Siente una resonancia. No es un yōkai de la tierra. Es algo que está siendo llamado o atraído por la desesperación.

De repente, una pequeña esfera de energía oscura, casi como una burbuja de aceite, emerge del suelo cerca del árbol. Flota, pulsando lentamente, creciendo en tamaño.

​La expresión de Itsuki se endurece.

—Esto no es natural. No es solo espiritual. Es un punto de convergencia.

​Mientras tanto, Okarun está escondido detrás de unos arbustos, observando a Itsuki. Ve la esfera oscura emerger del suelo y la forma en que el rostro de Itsuki se vuelve sombrío. Su corazón da un vuelco. Itsuki está en peligro.

​Okarun piensa nuevanente, con los dientes apretados «¡No me importa si me descubre! Tengo que ayudarla.»

​La esfera oscura comienza a agitarse violentamente, y de ella emerge una especie de tentáculo etéreo, que se extiende lentamente hacia Itsuki. No es rápido, pero su intención es clara: absorberla.

Itsuki, consciente de ello, se prepara, sus manos ya brillando con energía azul. No puede activar su Campo de Silencio a plena potencia sin atraer demasiada atención en un lugar público, pero puede desviar el ataque.

​—Una extensión dimensional. Interesante —soltó la pelirroja.

​Justo cuando Itsuki se prepara para desviar el tentáculo, Okarun toma una decisión impulsiva. No puede transformarse por completo sin crear un escándalo, pero puede usar su fuerza. De un salto, sale de su escondite.

—¡Itsuki-san! ¡Cuidado! —gritó. La desesperación era notoria en su rostro.

​Itsuki se gira, sorprendida por la voz. Su mirada, por un instante, se encuentra con la de Okarun. Hay una mezcla de asombro y una pizca de… ¿algo más? en sus ojos. Pero el tentáculo está llegando.

​En un acto de pura adrenalina y un instinto protector que la sorprende, Okarun se lanza de cabeza. No puede ver el tentáculo etéreo directamente, pero Itsuki sí, y su grito de advertencia es suficiente.

Okarun interpone su cuerpo entre Itsuki y el tentáculo, usando sus brazos para intentar bloquear el ataque invisible. Su cuerpo choca con la extraña energía, sintiendo un escalofrío helado y un dolor punzante, pero logra desviar el tentáculo el tiempo suficiente para que Itsuki reaccione.

—¡Okarun! ¡¿Qué haces aquí?! —preguntó. Su rostro reflejando asombro y confusión.

​—¡Vine a ayudarte! ¡No podías ir sola! —respondió él, jadeando de dolor pero con clara determinación.

​El tentáculo, momentáneamente desviado, se retira a la esfera. Itsuki mira a Okarun, que se tambalea ligeramente, sintiendo los efectos del ataque.

Sus habilidades de curación instintivamente quieren activarse. Su corazón, por primera vez, suelta un latido por una preocupación genuina por alguien más.

​Itsuki con una mezcla de regaño y... algo parecido al afecto comienza a reprender a Okarun.

—Eres… un idiota. Y ahora hemos llamado la atención de lo que sea que esté en ese agujero.

​La esfera oscura se expande rápidamente, el aire alrededor del árbol se distorsiona. Los dos están solos, enfrentando una amenaza que Itsuki apenas ha comenzado a comprender, y Okarun acaba de saltar de cabeza para protegerla.

Su relación, y el peligro, acaban de subir de nivel.

DATO

Relación de Itsuki Kagemiya con Ken Takakura.

Observacion Inicial:
​Desde Itsuki: Al principio, Itsuki lo ve como "el amigo de Momo". Su naturaleza observadora la lleva a escanear a Okarun, no solo por su timidez, sino por la extraña energía que lo rodea (la maldición de la Turboabuela). Itsuki, con su conocimiento sobre los yōkai y energías espirituales, es una de las primeras personas en comprender la complejidad de su situación, lo que le genera una mezcla de curiosidad profesional y una ligera preocupación por lo inestable de su estado.

​Desde Okarun: Okarun, al ser tímido y socialmente torpe, se siente inicialmente intimidado por la seriedad y el aura enigmática de Itsuki. Su mente, ya sobrecargada con el caos de Momo y las amenazas sobrenaturales, registraría a Itsuki como "la prima poderosa y distante de Momo". Se esfuerza por ser cortés, pero se siente incómodo con su mirada penetrante y su tendencia al silencio.