SNK/AOTxLectora «Pack»

FarlanxLectora: Promesa

El cielo era tan diferente en comparación con aquellas ruinas debajo de la ciudad, en donde si al suerte estaba de su lado podía divisarse alguna una pálida luz de luna entre la rotura de las viejas estructuras del sistema de drenaje. Sin embargo aún si esa limitada visión era considerada algo decadente podía sentirse la esperanza a través de ese tenue alumbrar.

Pero ahora en esa pequeña habitación que era en dimensión, similar a la anterior; cuya ubicación residía en las lóbregas calles del subsuelo. La claridad con la que el cielo se admiraba era inigualable, aun si en aquellos ojos (color de ojos) podía apreciarse el asombro, la intranquilidad con la que esas delicadas manos se aferraron a la sábanas era evidente.

La mujer dueña de esos luceros analizaba con lujo de detalles cada parte del la inmensa extensión de ese matiz de colores obscuros allegados al negro que parecía capturar sus insignificantes existencias, como un cristal sobre las cabezas de todo habitante del distrito Shiganshina. El destello de las pizcas de brillo nombras por los ciudadanos como 'Estrellas' intensifican su majestuosidad con un rebosante tono amarillo. Aun si al mujer parecía lo suficientemente cautivada como para pasar desapercibido el sutil cerrar de la puerta, la atención de sus ojales (color) se dirigió al hombre que ingresó a la habitación, quien sorprendido observó en silencio como ella dirigía completamente su vista hacia él con el delicado girar de su cuerpo.

Ese bello semblante sobre el lecho que era testigo de como ambas piernas fueron acomodadas sobre su pulcra superficie. La tela pese a ser de material delgado abrigaba a la perfección esa femenina figura, los desordenados mechones (color de cabello) que bailoteaban por el aire proveniente de la ventana, le indicaron que era uno de sus breves despertares nocturnos que trajo consigo desde su primer noche en aquella 'nueva' ciudad muy por encima del subsuelo.

Algo inquietado por la posible opción del insomnio se acercó a ella —¿Qué sucede?— Cuestionó hasta llegar a la orilla de la cama.

La mujer sin desvanecer su atención de él, no respondió.

—(Nombre), ¿Pasa algo?—Preguntó esta vez mas preocupado. —¿Es que no te tratan bien?— Cuestionó con desasosiego a medida que se acercó su cuerpo lo suficiente como para recibir la plácida brisa del viento de la noche cuya intensidad movió ligeramente aquel mechón que cruzaba hasta el iniciar de sus ojos justo al centro de su faz —(Nombr-)— La pronunciación se quedo corta al sentir el tacto de la poco menos cálida mano sobre su rostro, la cual se hizo camino hasta su frente y con el trazar de esos finos dedos sobre su cabeza logro despejar sus ojos de la cortina de cabello castaño pálido que oculto por instantes el resplandeciente tono avellana de estos. El joven complacido ante las caricias que bajaron hasta su mejilla se dejó perder en los profundos iris (color) que examinaban los suyos. —Te extrañe— Prosiguió hablando el varón, notando gusto ante sus palabras expresado por un corto pero suave suspiro que deslindó de aquellos (tono) labios ante esa declaración —No podía pasar otro día más sin verte— Continuó mientras colocaba ambas manos a los costados de ella.

—Yo tampoco — Habló al fin la chica, mientras deslizó sus manos hasta el cuello de aquella chaqueta marrón y de ahí al escudo sobre su bolsillo derecho. —Tenía miedo— Confesó con nostalgia recargándose sobre el hombro del hombre, marcando con la punta de sus dedos la trayectoria de las costuras de su escuadrón —Tenía miedo de ya no verte.

El castaño abrió sus ojos por escasos segundos solo para dirigir su mano hasta la que ahora reposaba en su cuello, acarició el dorso de esta aun sin dispersar su sentir —Lo se, lo siento— Dijo adentrando ese frágil cuerpo a su pecho con uno de sus brazos.

—¿Cómo están Levi e Isabel?

—Bien— Respondió sin deshacer su apego —Isabel insistía en venir, pero ya era demasiado que me ausentara en la estancia. Falcón (también es considerado Flagon) se hubiera enterado.