SNK/AOTxLectora «Pack»

"Last" AU «Soldado!LevixLectora»

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Los suaves pasos, tan tranquilos, frente a la cama, lo hicieron mirar hacia el frente decaído, aquel manto de (cortos/largos/medianos) mechones (color), que se escapaban del improvisado chongo en su cabeza, se movía tenuemente detrás de su oreja.

El varón; de brillantes pero estoicos orbes azules, cabello negro como la obscuridad que abarcaba fuera de la ventana, se mantuvo recargado sobre la cabecera de la cama, más sus brazos sobre las sábanas se arrastraron en dirección de la (morena/rubia/pelirroja/castaña/etc.), quien se aproximo a su lado; en su mano sujetaba algo con fuerza, toco la sedosa tela únicamente apoyando parcialmente sus piernas, sus ojos de profundo (color) miraron directo a los de él.

Él la contempló. La luz, dada la hora, era apenas suficiente para mirar sus cristalizados luceros (color). Un suave hálito salió de sus (tono) labios, que se apretaron conforme a los segundos pasaban. El joven tomó su mano, la que tenía libre.

—No es justo— Murmuró apartándolo de ella.— No es justo— Repitió colocando ambos brazos sobre si, conteniendo esos pequeños brinquillos en su pecho, propios del llanto. —¿Por qué?—Preguntó a lo que él solo prolongó su silencio.—¿Por qué?— Persistió la chica y levantó su vista, esperando a que este constará, pero no lo hizo. —Por mi— Añadió con melancolía.

—No puedo— Respondió.

Ella se levantó dandole la espalda y genuinamente herida por esa excusa lloró.

—(Nombre)— Pronunció en tono bajo el joven. Su rostro mostró empatía ante sus suaves suspiros. Lentamente mientras estos bajaban su tono se enderezó sobre su lecho y toco su hombro pero un fuerte jalón lo aparto de ella, a (Nombre) no podían importarle menos sus razones, su corazón le dolía ya que su pecho lo comprimía sin piedad.

—¿Por qué tu?— Dijo dándose la vuelta, las lagrimas ya había opacado su faz, hasta su cuello, deslizándose sin control sobre sus mejillas y cayendo sobre la poca ropa que traía —¡No quiero! ¡No quiero, Levi!— Insistió, esta vez, arrojándose en sus brazos brusquedad. No sin antes arrugar el pedazo de papel que sostenía y aventarlo sobre el suelo—No quiero— sollozó totalmente desconsolada.

El hombre la abrazó apretando con la fuerza para sostener su cuerpo de su inminente quiebre, se maldijo por provocar en ella nuevamente aquel desagradable sentimiento.

Entre llanto esas palabras llenas de desaprobación y reproche continuaban. Suplicando una y otra vez su deserción. Pero eso no era posible, no ahora, no solo por la gente que contaba con él, sino por ella.

—Te prometo que será la ultima vez— Juró.

(Nombre) entrecerró los ojos, su gimoteó le expreso su desconfianza, pero él solo se limitaba a recalcar su objetivo, sin lugar a dudas, sería la ultima vez.

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—¡Levi!—Gritó su compañero.

Antes de que sus ojos percibieran aquella luz tan intensa como hermosa, tan serena como emotiva, dentro de aquel rotundo y agudo sonido que pareció percibir de entre gritos, abrió sus ojos encontrándose con su alterado amigo, quien repetía algo que no podía oír, sintió algo sobre sus labios que parecía brindarle pequeños jadeos, cerró sus ojos y sucumbió ante el dolor que intenso era imposible verificar su fuente, algo sobre su pecho lo hizo volver en si, recordó el ultimo día que la vio, a ella, aquella chica de bella sonrisa aunque débil ante su partida, (Nombre) su esposa, quien desde esa noche a horas de partir, parecía querer decirle algo pero guardo silencio conteniendo su secreto, el cual no tardo mucho en revelar una vez que dio marcha en aquel autobús, que lleno de soldados partió.

—Levi— Gritó a lo que obtuvo la atención no solo de él, sino de Farlan, su compañero y amigo más cercano —¡Vas a ser papá!— Exclamó con una felicidad tan grande para contagiarlo, sus labios aunque inusual se formaron en una sonrisa, que se borro después de los chiflidos de sus subordinados.

Debía volver era una promesa, esta vez en particular, no podía faltar.

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Un relámpago anuncio la prolongación  de la lluvia y las gotas rebotando contra el suelo reafirmaban su intensidad.

El autobús al fin paro frente aquella casa; misma que siempre fue un alivio ver, pero esta vez sus manos temblaron con temor a medida que descendía detrás de su amigo quien ahora era dueño de una desolada expresión, este se detuvo frente a la entrada.

Levi lo miró, el castaño no parecía tener ganas de moverse, pero él paciente, espero.

Segundos después, Farlan enderezó su espalda, esa que por aquel decaído animo encorvó, luego de analizar por unos instantes su mano sobre la (Madera/el Metal;estructura de tu puerta) al fin golpeó pero solo ligeramente, deseando que no hubiese respuesta.

Del otro lado una mujer caminó con cuidadoso pero apresurado paso hacia la puerta.

Al fin, si querer, el portón se abrió y fue recibido con aquella dulce sonrisa con la que esa bella mujer llevaba esperándolo todo el tiempo que se ausentó.

Los labios de Levi se curvaron en una inusual expresión de alegría, no obstante la chica se sorprendió ya que aquellos cansados orbes azules como el cielo la ubicaron con un apesadumbrado semblante.

(Nombre) aún negándose a dispersa esa alegre sonrisa de si, levantó ligeramente su cabeza de un lado a otro buscando detrás del hombre sin embargo el castaño únicamente estiró frente a ella un pedazo de papel de húmido tacto, una carta por parte de la milicia que él personalmente necesitaba entregar.

Las lagrimas comenzaban a formarse a medida que enfocaba aquel pliego de papel extendido hacia ella, regresó la mirada al varón de ahora afligida expresión que al notar como aquel cristalino liquido cayó de esos vacíos orbes con ensombrecido tono (tono de ojos) desvío su vista hasta estancarla con pesar al suelo.

La (morena, rubia, castaña, etc.) negó con un ligero vaivén de cabeza volviendo a formar desde las comisuras de sus labios una sonrisa, simulando el mutuo entendimiento de una broma, una cruel broma. Pero la mirada de Farlan no revelaban indicios de tal anhelo.

La boca de (Nombre) se entreabrió dispuesta a reprochar lo cruel que podía llegar ese juego, sin embargo lejos de pronunciar alguna palabras la chica soltó un alarido, fue entonces cuando el desasosiego se apodero de su ser.

—Lo siento— Pronunció Farlan.

Un fuerte golpe apartó su mano arrojando la carta en uno de los charcos del piso y una serie de golpes culminaron en su pecho, para luego trasformarse en apenas toques con los puños a medida que los brazos del entristecido joven rodeaban a aquella dolida mujer, la fuerza con la que Farlan la abrazaba intensificaba conforme a sus sollozos aumentaban.

—¿Por qué?— Cuestionó no a él si no al hombre detrás, que guardaba silencio ante ambos.

Levi hasta ahora inmóvil camino a un costado, analizando el decaído mirar de su viuda, el cual rogaba por su respuesta, pero no podía haber una, aún si este la decía, sus palabras no la alcanzarían.

—Perdóname por mentir, te lo juro...— Pronunció en su oído y agachó la cabeza.

—Ésta será la ultima vez.