Capítulo 23: BYU Jerusalén

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Thiago:

Ya tenía todo listo: el equipaje, la ropa con la que saldría en la mañana, había limpiado minuciosamente la habitación, y arreglado todo lo concerniente al departamento para conservarlo cuando regrese. Me iba a ir por 14 semanas, y no quería llegar a buscar otro departamento, me gustaba este que compartía con Brian. Pero eso era todo cuanto podía hacer esta noche, yo no tenía más... y estar desocupado no era una buena opción.

Encendí la computadora para revisar las reservaciones de los vuelos, sólo para estar seguro, era la tercera vez que lo hacía. No me pude contener y revisé si ella estaba en línea, no estaba... su nombre estaba junto a un punto gris, y eso me hundió, aunque tal vez era mejor así... era mejor que estuviera fuera divirtiéndose o algo con alguien, cerré los ojos para intentar desviar el dolor que se me alojó en el pecho ante ese pensamiento.

Después de un par de minutos y de nada interesante, iba a cerrar la computadora, pero me llamó la atención que ahora el punto gris era verde, ella también estaba en línea.

Estamos a dos horas de diferencia, debe de ser tarde allá...

—¿Qué haces, Cielo? —Pregunté al punto verde en un susurro, sólo por si Brian haya llegado y me escuchara hablarle a una pantalla.

Era lo más cerca que habíamos estado en dos meses, la necesitaba, la extrañaba.

—¿Me extrañas? —Volví a susurrar— Te extraño, tú significas mucho para mí, siempre.

Mis dedos estaban a dos centímetros del teclado, a punto de teclear cualquier cosa para que supiera que pienso en ella... pero era mejor dejarla ser feliz, permitirle olvidar sin interferir. Cerré el computador, y decidí dormir temprano.

Soñé con ella... bailábamos, parecía algo contemporáneo. Lo cual era extraño porque yo no soy bueno bailando, mucho menos con alguna técnica, y nunca la había visto a ella bailar... pero en mi sueño estábamos bailando, sin tocarnos, ni ella ni yo. Yo estaba intentando atraparla, pero ella me esquivaba, y me rodeaba dando una vuelta completa sosteniéndose sólo en la punta de sus pies. Llegó un punto en que dejé de intentarlo, me parecía inútil... y fue ella quien se acercó caminando a mí, con movimientos de bailarina, y extendió grácilmente su mano para sostener mi cara, y yo desaparecí antes de que pudiera tocarme. Fue cuando desperté.

Aún estaba oscuro afuera, Brian dormía en su cama, ni siquiera lo escuché llegar. Decidí levantarme de la cama y darme una ducha...

Ese sueño fue tan magníficamente cruel, porque era yo quien había desaparecido, era mi culpa. Esperaba que todo lo que estaba viviendo fuera karma suficiente para purgar mis culpas.

—¿Ya estás despierto? —Dijo Brian desde su cama girando para dar la espalda a la luz que salía del baño.

—Sí —como si no fuera bastante obvio.

—Es muy temprano ¿no?

—No podía dormir.

—Son nervios del viaje o es alguna otra cosa —dijo resaltando de más las vocales en "otra cosa"

—Creo que es la "otra cosa" —dije siendo sincero... esconder o tapar mis pensamientos a mi familia o a mis amigos más cercanos no era exactamente una de mis fortalezas.

Él volvió a girarse para verme, pero sus ojos rechazaban la luz y sus parpados parecían ser bastante pesados.

—Cálmate un poco, cierra los ojos y piensa en algo que te haga feliz.

Me senté en la cama y obedecí sin preguntar. Su sonrisa fue lo primero que llegó a mi mente, eso no estaba ayudando. Abrí los ojos de inmediato.

A Mormon Love StoryWhere stories live. Discover now