Epílogo

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-¿Cielo?

-Estamos en el patio.

Ella estaba con Ian jugando en la piscina inflable, era el cuadro más hermoso que había visto.

-Pá, tal vez si tú entras mamá también querrá entrar a bañarse conmigo.

-No, Ian, mamá y papá no entran en esa piscina, es muy pequeña -le respondió ella.

Me acerqué por su espalda para recostarla hacia atrás y besarla, ella sonreía cada vez que mi boca liberaba la suya, y me hacían sonreir las muecas que hacía mi hijo cuando nos veía hacer eso.

Amaba la forma como estaba educando a los niños, ella era tan amorosa con ellos, y lo mejor era que ellos habían sacado sus ojos. Ian había entrado a la escuela este año, pero Kate aún les hablaba en español en casa, y nos pedía a todos, los que supiéramos el idioma, hacer lo mismo; aunque mamá también les enseñaba un poco de portugués cada vez que podíamos ir, o que ellos venían.

-¿Fuiste a la cita médica?

-Sí.

-¿Y?

-Será para la próxima.

Eso me entristeció un poco. Ian ya tenía 4 años, James cumpliría 3 en un mes, habíamos estado tratando de buscar a la niña, y un pequeño retraso suyo me había emocionado, por eso le pedí una consulta para hoy.

-Será mejor que me vaya a cambiar.

-¿Puedes ver a James? Está durmiendo en su cama, sólo ve que esté todo bien.

-Claro, Cielo.

Habíamos decidido quedarnos a vivir en Salt Lake, estuvimos un tiempo en un departamento en Iowa, pero cuando regresé a la Universidad para terminar el semestre, me di cuenta de que ella era realmente feliz aquí. Por eso compramos la casa. Luego llegaron los niños.

No puedo decir que Ian fue una sorpresa, era obvio que vendría, pero James sí lo fue, pensamos que al menos pasaría un año antes de que llegara el segundo, pero igual fue muy bienvenido a nuestra pequeña familia.

Lo de su sospecha no me lo confesó hasta el domingo en la mañana antes de salir para la iglesia, después de eso no tenía otra cosa en la cabeza.

Subí las escaleras lentamente apreciando los cuadros que ella había colgado en la pared, definitivamente casarnos en primavera fue una de las ideas más acertadas que yo había tenido. Está bien, lo admito, sólo estaba desesperado por casarme con ella, pero... había sido una buena idea, aunque si hubiese sido en invierno ella se hubiera visto igual de hermosa.

También estaba esa fotografía que me había rehusado a borrar, la hice enmarcar y colgar en contra de su voluntad... pero fue esa imagen la que nos salvó a ambos de vivir separados e infelices, quería conservarla para siempre.

James, seguía durmiendo, a veces él podía ser un tronco, era tan difícil despertarlo, me recordaba a alguien y me reí ante mi propia broma.

Entré en la habitación y me senté en la cama para sacarme los zapatos, había prometido a Kate salir hoy a celebrar si era positivo, creo que de todas maneras debería llevarla, Lily ya se comprometió con nosotros para venir a cuidar a los niños, de todas formas ahora que estudiaba en BYU y tenía su propio auto pasaba mucho tiempo aquí.

Entré al baño y me acerqué al lavamanos para echarme agua en la cara, cuando levanté la cabeza para ver mi reflejo en el espejo noté que en una de las puntas colgaban dos pequeños zapatitos blancos de lana, me acerqué para tocarlos, y vi la pequeña nota, era su letra.

"Felicidades Papá"

-¿Fue positivo?

Mi pecho no podía contener la alegría que sentí, en dos pasos regresé de nuevo a la habitación, para bajar a buscarla. Tomé la perilla de la puerta y algo me rosó la mano, era el mismo material de lana de los zapatitos del baño, mi mirada buscó el objeto, y encontré otro par de zapatitos colgados de sus cordones en la perilla, estos eran de un color más aperlado que los otros...

¿Dos pares? Tal vez pensó que encontraría el uno o el otro. De todas maneras lo tomé y bajé las escaleras en dos brincos. Ella ya me estaba esperando de pie en la puerta corrediza del patio trasero con una de esas sonrisas que adoraba.

-¿Amelia? -Le pregunté mostrándole el par que había encontrado en el espejo. Ella asintió.

-Y vas a tener que pensar también en otro nombre. -Dijo dirigiendo la mirada los que tenía en la otra mano.

-¿Dos?

Este era el sabor de la felicidad, este era el sabor de nuestra eternidad.


Muchas Gracias a todos los que han estado siguiendo esta novela. Es un proyecto en el que estuve pensando por mucho tiempo, y cuando me decidí a publicarlo, no sabía que tan aceptado iba a ser... si son miembros de la Iglesia entenderán que es un tema muy controversial eso de que un misionero regrese por una chica de su misión.

Pero, muchísimas gracias por hacer mi sueño realidad; muchísimas gracias por sus comentarios, sus votos, y sus mensajes de apoyo. Ustedes son maravillosos! Los amo, en serio!


A Mormon Love StoryWhere stories live. Discover now