A Mormon Love Story

Capítulo 15: recuerdos

Kate:

- ¿En qué piensas, Cielo? -Me dijo sacándome de la máquina del tiempo a la que me había subido mentalmente.

No noté el momento en que nuestro pedido llegó a la mesa.

- Estaba recordando ese momento... de verdad fue muy especial -puso su mano sobre la mía y la apretó un poco- ¿Tú crees que él me haya perdonado?

-Yo creo que se dio cuenta que no tenía nada que perdonarte ese mismo día; sólo que no tuvo el valor de decírtelo.

- ¿Has sabido algo de él?

- No -me dijo bajando la mirada.

Empecé a tomar mi chocolate, y preguntarme que habrá sido de su vida. Él tuvo que regresar a su casa, pero después de una temporada a prueba, si mostraba deseo sincero podría regresar y continuar su misión, pero nunca lo hizo.

Y hablando de incidentes desafortunados... ¿qué era lo urgente que tenía que conversar Maite con él a solas donde yo no pudiera escuchar?

- Oye...

- Creo que mejor entramos o nos quedaremos sin buenos lugares -me dijo parándose y tomando mi bolso de la silla, ya los demás estaban entrando- mejor guardamos eso aquí, para que puedas seguir tomándolo adentro, si quieres.

- Sí, obvio.

No puedo creer que por fin vaya a ver Bajo la misma estrella, no puedo creer que vaya a verla con mi Gus Waters de la vida real... no cabía en mi misma de la emoción.

La película junto a él, fue hermosa... me había leído el libro un par de veces antes del estreno, y conocía cada detalle. Él tomó mi mano todo el tiempo, y no mostró enojo en ningún momento cuando le comentaba en susurros lo que de verdad sucedía en el libro; y sonreía cuando yo repetía mis líneas favoritas.

- ¿Te gustó? -Le pregunté cuando salimos.

- Sí, creo que ahora empezaré a leer de esos libros que te gustan a ti. -Me dijo levantando nuestras manos juntas y besando el dorso de la mía- Aunque sean un poco cursis.

- Oye, nadie habla mal de mis libros. -le dije pretendiendo estar enojada... aunque nada podría enojarme justo ahora.

- Entonces... -me dijo mientras buscábamos una salida al estacionamiento, todas las tiendas ya estaban cerradas, debían ser más de media noche- ¿Cuál fue tu primer libro?

- Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. -Le dije con orgullo.

-¿El séptimo libro? ¿No debía ser el primero? -Parecía confuso.

-No. Nunca había leído un libro completo en toda mi vida, pero cuando se estrenó "Harry Potter y las reliquias de la Muerte, Parte 1" mi curiosidad no podía esperar todo un año, así que me compré el libro, y lo leí; me encantó y empecé a leer el primero y luego los demás.

-Así que tu curiosidad no es algo reciente... -sonreía con picardía.

-No, lamento decepcionarte. -dije sarcásticamente, y su sonrisa se amplió- ¿Y cuál fue tu primer libro?

-Matar a un ruiseñor.

-Así que te gustan los clásicos.

-Un poco, sí, aunque no soy capaz de leer todo un libro en un día... a diferencia de otros -dijo bromeando y mirándome disimuladamente.

La razón por la que yo podía leer tanto era porque no tenía amigos, ni hobbies, ni razones de peso para mantenerme en la vida real; los libros eran mi refugio, la soledad no es tan mala cuando se tiene el libro indicado. Pero desde que él regresó no había tocado ninguno.