Capítulo 2: De regreso a la misión

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Thiago:

—¡Thi!

—¡Hola!

—Mira, encontré esto en la pizarra de anuncios.

Ella traía consigo un papel blanco, impreso de un sólo lado y lo agitaba mientras se acercaba.

Organización para el Fortalecimiento de los Jóvenes SUD

Si tienes más de 20 años y estás buscando una oportunidad de usar tu tiempo sabiamente durante el verano, aplica con nosotros para ser líder del grupo de hombres y mujeres jóvenes y viaja a Sudamérica a construir casas para quienes más lo necesiten.

Esperamos contar con tu apoyo.

Necesitamos personas como tú. Llámanos si estas interesado.

Joseph White.

—Deberías intentarlo Thi. Se ve muy bueno.

—¿Es como esas organizaciones de ayuda humanitaria donde trabajas tú?

—Casi, yo no lidero grupos de jóvenes, sólo me aseguro que la ayuda sea entregada a las personas correctas.

—¿Y dónde vas a ir este verano?

—A Uganda —dijo con una gran sonrisa, este es el tercer año consecutivo que trabajaba de esa forma en verano.

—¿África?

—Sí, no puede ser mejor.

—Wow.

—Intenta Thi, tal vez te acepten, tienes ventaja porque sabes español.

—No sé, ¿sabes cuantas personas han servido misiones en Sudamérica que también saben español? Me imagino que todos ellos aplicaron también.

—Nada perdemos con intentar. ¿Pensé que era tu sueño recorrer el mundo?

—Lo es. Pero deben de tener cientos de aplicantes.

—No te preocupes por eso ¿Escribo tu número? 

—Está bien, pero no te decepciones si no me llaman.

—Te llamarán, ya verás —dijo sonriendo más que antes.

Ella se acercó demasiado para intentar besarme, pero desvié la cara a tiempo. Pude ver que eso le molestó un poco, pero volvió a sonreír enseguida.

—Vas a ver que sí te llaman. ¿Vamos el sábado a tomar algo? —preguntó entusiasmada.

—Seguro —respondí ya caminando a mi siguiente clase.

Tenía tanta suerte de no compartir muchas clases con ella, sino pasaría todo el día pegada a mí, estaba seguro de eso. Cómo lamentaba que Sarah nos haya visto en una de esas salidas... ahora ella creía que era oficial.

******

—...y cuando ves la felicidad en las personas a las que puedes ayudar es indescriptible, a veces sientes que haces tan poco, pero para ellos es todo porque...

Ella había estado hablando por casi una hora, sin necesidad de que yo interviniera ni una sola vez. Mi bebida se terminó hace más de veinte minutos, y estaba ansioso por regresar al departamento a practicar para el concierto de la próxima semana, cualquier cosa sería más productivo que esto.

En mi primer año audicioné para entrar al grupo a capela de la universidad; entre tantos interesados yo había tenido la suerte de aprobar,  y ahora que muchos de los principales se habían graduado y marchado de la universidad, mi voz había pasado a tener un par de solos, incluso Theo me avisó que tendré la voz principal en una de las canciones, eso era lo mejor. Creo que por eso dudaba que me llamaran, mi cupo de suerte sin duda debía de haberse agotado después de eso.

A Mormon Love StoryWhere stories live. Discover now