¡Que día!

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-No lo puedo creer, mañana estaremos de regreso en el infierno.

-Oye, no hables así-le dijo abrazándola más fuerte.

El campo llano, lleno de pasto verde que se encontraba arriba de una colina les brindaba paz y por eso se había convertido en su escondite amoroso, ademas de que podían disfrutar de la vista de la ciudad entera y era el único lugar donde nadie los molestaría, donde podían pasar tiempo juntos sin que nada importara.

Elly se había escapado de su casa por la ventana, eran las 12 a.m y mañana tenían escuela, pero nada era motivo suficiente como para no fugarse con el amor de su vida.

-Es la verdad, odio esto.

-Yo odio que te preocupes, solo aguanta un poco más mi bebe.

- ¿Tú estás bien?

-Tengo que... mañana vuelven los entrenamientos sería un delito si no lo estuviera.

Ella se pasó a su regazo, estaba sentada con una pierna a cada lado de él y lo rodeaba con sus brazos - ¿a que le tienes miedo?

-Ha-sonrío- odio que me conozcas tan bien-le paso sus brazos por la cintura quedando muy cerca el uno del otro- Tengo miedo de todo, de no agradar a mi padre, de no conseguir la beca para la universidad, de decepcionar a mi equipo, de reprobar materias, de que me dejes de amar- río- de todo.

-No estés así, tú eres tan perfecto en todo lo que haces, además yo seré tu porrista personal. ¿Qué más puedes pedir?

-M... creo que contigo en el juego definitivamente voy a perder, mucha distracción pero a la vez mucha inspiración-junto sus narices.

- Prométeme que jamás nos alejaremos.

-Jamás, te lo prometo, si no que me caiga caca del cielo-bromeo y lo beso, estaba tan feliz porque él le perteneciera, se sentía tan completa pero a la vez tenía miedo ya que si lo perdía se iba a quedar vacía, ese pensamiento provoco que lo besara con más pasión, el respondió positivamente y la pego totalmente a su cuerpo, jugueteo con su cabello y entre mas lo acariciaba, mas su erección lo delataba de sobremanera, ella se separó un poco de él.

-No podemos, ya es tarde...

-Uno rápido, por favor- le pido desesperado ya que no habían tenido nada en 1 semana.

-No... Danny -le acaricio el cabello y le analizo su bello rostro, como amaba esos ojos azules, esa piel blanca, esas pequeñas pecas cerca de la nariz, y ese bonito tabique que tenía, él era simplemente... hermoso.

-Por favor, por favor por favor, por favor -le decía haciendo puchero de niño pequeño.

-Eres un niño-le dijo riéndose de su gesto.

-Por favor, mi amor, te necesito-dijo oprimiendo sus caderas contra las de el para que supiera a que se refería, ella soltó un gemido involuntario.

-No tenemos donde-soltó una pequeña risita.

-Auto, ahora- diciendo esto se levantó teniéndola aun en brazos, ella se aferro a él.

- ¿Tan necesitado estas?

-Es que no sabes las ganas que tengo de querer estar dentro de ti- ese inocente comentario la puso colorada ya que lo decía sin ningún tabú.

Cuando llegaron al auto la recostó en el asiento de atrás y comenzó a acariciar su abdomen levantando un poco su blusa a la vez que le daba pequeños besos en el cuello, mientras ella acariciaba su cabello, daba pequeños jadeos, él le quito la blusa lanzándola hacia alguna parte del auto y lo mismo hizo con el sujetador, no perdió nada de tiempo y bajo su rostro para disfrutar de sus deliciosos pechos, el disfrutaba tanto a la hora de besarla y tocarla, ella dirigió sus manos con proyección a deshacerse de su camisa bajándola por los hombros y dejando ver su precioso abdomen plano y fuerte, paso una mano por esos abdominales que le hacían perder la cabeza, necesitaba sentir su piel, su fuerza, su imponente espalda, necesitaba tocarlo, ellos empezaron a tocarse en esas partes erógenas, luego de los juegos preliminares finalmente ella quito su braga rosa, él se bajó hasta las rodillas su pantalón junto con su bóxer, al ver su imponente erección no dudo y lo acaricio, él solo la veía con unos ojos que demostraban todo el placer que lo estaba haciendo sentir, junto con unos gemidos de placer.

Un ¿amor? sin control.Where stories live. Discover now