•|¿Sasuke-kun?|•

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La puerta se abrió con lentitud dejando entrar la silueta lila de una mujer de hebras azabache, el ojinegro la vio asombrado, esa mujer era linda.

—Buenos días Sasuke-san, me encargaré de su recuperación —soltó la morena con una bonita sonrisa, siendo observada por un atónito Uchiha—. Me permite revisarlo, por favor.

Sin salir de su asombro trataba de recordarla, sus ojos eran de un tono —Hyuga... —asintiendo dio una leve reverencia.

—Vaya aún se acuerda de mi, me ayuda por favor quitándose...

—Hmp no del todo... ¿Espera eres esa niñita miedosa? Hyuga Hinata...

Una gota resbaló de la nuca de la recién nombrada—. Preferiría que solo me llame Hinata, Sasuke-san.

—Hmm como sea, que quieres.

—Puede quitarse la bata por favor —el sonrojo se apoderó de su rostro cuando lo vio acatar su orden sin chistar—. G-gracias, comenzaré aplicando ninjutsu en su espalda, indíqueme si se cansa de estar en esa posición.

Con un asentimiento de parte del ojinegro, inicio su tarea. Pasado de un rato escucho un leve quejido salir de la boca del azabache, sabía que él no le diría nada ya que deseaba salir pronto del hospital.

—Descansaremos un momento le parece, aplicaré una pomada en su espalda, recuéstese un momento —se alejo de la cama esto siendo visto por la atenta mirada del moreno, la vio regresar a lo que desvió su mirar—. Disculpe si siente un poco de frío.

—Bien... —una corriente electrónica recorrió su espina dorsal, al sentir las suaves yemas de los dedos de la ojiperla, cerró los ojos y se dedico a sentir el suave roce en su piel—. Listo, le pondré una venda.

Con dificultad intentaba vendarlo, sin éxito, el de mirada obsidiana se levantó de la cama—. Así será más fácil —la vio asentir con delicadeza y precisión coloco el vendaje en su cuerpo, el olor a lavanda llegó a su nariz, logrando relajarse un poco.

—Ya quedó, puede acostarse —guardando los ungüentos lo diviso acostarse en la cama—. ¿Necesita algo más?

—N... —el gruñido de su estómago lo hizo sonrojarse y enojarse.

Una pequeña risita lo hizo mirarla y no puedo evitar ruborizarse ante la hermosa mujer que estaba enfrente a él.

—«¿Pero que mierda?, Es igual a Sakura es una mujer, que demonios me está pasando —el sonido de su voz lo hizo salir de sus pensamientos a lo que negó rotundamente.

—Pero tiene hambre, le traeré algo, se que todos detestan la comida de hospital pero, solo será por esta ocasión si gusta le prepararé algo.

—Has lo que quieras —el rubor adorno la piel de porcelana de la chica el cual hizo aceptar que esa kunoichi no era igual a Sakura, ella era muy linda, dándose un golpe mental—. Deja de hablarme como si fuera más viejo que tú.

—Lo siento Sasuke-san, mañana te traeré algo de comer por hoy, comerás algo de aquí, enseguida regreso.

Y con eso último la vio salir de su habitación, dejándolo confundido y pensativo ¿Tendría un sazón horrible como el de Sakura? Trago grueso, estaba seguro que de seguir ahí, se moriría de hambre.

•Sasuhina•Onde histórias criam vida. Descubra agora