•Sasuhina•

•|¿Sasuke-kun?|•

—Tal ves igual vaya a visitar a Sasuke-kun, hace mucho que no se de él...

—Ni se te ocurra cerda.

—¡Que mala eres frente de marquesina! —le gritaba a la joven que se había ido corriendo al mercado a comprar las cosas para poder prepararle algo delicioso al moreno.

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—¿¡Qué, por que yo!? —se quejaba la kunoichi, porque siempre le salían las cosas mal, acaso era el destino que no la quería ver cerca de su ser amado—. ¿¡Por qué no manda mejor a Ino!? Sasuke-kun me necesita...

—Sasuke puede ser atendido por alguien más, realmente necesito que me ayudes con esta misión Sakura —indico el Hatake entregándole un pergamino—. Solo serán dos semanas, no es mucho.

—»¿¡Cómo que no es mucho!? Esas dos semanas serían un martirio y si Sasuke-kun se vuelve a ir, no volveré a verlo». Kakashi-sensei es mu...

—Sakura —interrumpiéndola suspiro cansado sabía que esto iba a pasar, pero tenía que hacerlo, el pobre Sasuke ya estaba agotado mentalmente por tener que soportar su insistencia—. Es una orden, puedes asignar a alguien para que siga curando sus heridas, Ino puede...

—¡No! Digo Ino está ocupada con su florería, yo... —realmente no quería que la Yamanaka se quedará con el azabache, así que pensó en una persona que sabía no le interesaba en absoluto el Uchiha.

Nada podía salir mal con esa persona, se iría tranquila esas dos semanas. Al ver a su alumna salir de su oficina hecho su cabeza para atrás agotado.

—¡Oh! lamento interrumpirlos Sakura, Sasuke —entraba un tranquilo peligris al cuarto recibiendo una mirada molesta de su alumna—. ¿Cómo estás Sasuke?

—Esta bien Kakashi-sensei, pero aún hay mucho por hacer. Se que Sasuke-kun es fuerte así que no tardará mucho en recuperarse —informó la de ojos esmeralda haciendo rodar los ojos al moreno con fastidio.

—Me alegro mucho, Sakura podrías dejarnos unos momentos a solas por favor, necesito tratar un tema con él, si no te molesta —le sonrió forzosamente y la vio salir—. Listo, ahora sí puedes respirar tranquilo por un rato.

Observo al ojinegro soltar el aire contenido en sus pulmones con alivio—. Siento que está tardando en darme de alta porque quiere pasar más tiempo conmigo, me asfixia...

—Tranquilo me haré cargo, enviaré a alguien más a tratarte, ahora háblame de lo que realmente paso en ese lugar.

Levantándose de su silla camino a la salida, bajando las escaleras no dejaba de pensar si la kunoichi que se haría cargo de él, el día de mañana podría irritarlo más o regalarle aunque sea un poco de paz.

Al día siguiente se encontraba leyendo unos pergaminos, escucho la puerta ser tocada y con un adelante la vio cruzar y saludarlo.

—Buenos días Kakashi-sensei, me mandó llamar —con una sonrisa y un tenue sonrojo vio al Hokage regresarle el gesto a pesar de traer su máscara.

—Hola Hinata, tengo una misión para ti —la vio asentir, dándole la información acepto y se retiró de la oficina.

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—»¿Quién será la persona que mandará?, si es peor que Sakura, me arrancaré la cabeza» —pensaba con fastidio, su estómago rugió por falta de alimento—. Tch, debí comerme esa asquerosa comida.