Capítulo 18

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Clarissa

Lo abracé, porque podía, porque quería...porque lo necesitaba. Lloré todo lo que no pude en casa, lloré por él, por mí, por lo que recién acababa. Sabía que no me merecía una felicidad así, lo sabía desde el principio pero no escuché a la voz de la razón, dejé que mi corazón ganara una batalla cuando yo desde el comienzo conocía que sería una guerra perdida.

Él me abrazaba con fuerza, no podía saber que no huiría, por lo menos no en este momento. Disfrutaría de mis últimos minutos con él, con mi novio.

Me alejé poco a poco de él, limpié mis lágrimas.

—Gracias...pero no hay nada que hablar.

Quise alejarme pero él no me lo permitió.

—Por favor, dame una oportunidad —Daniel tomó mi cara entre sus manos.— Por favor, solo una.

Mi cabeza decía que no, la guerra estaba perdida, alguien como yo nunca tendría el cuento de hadas y Jess siempre estaría ahí. Pero mi corazón decía que sí, que me arriesgara una vez más.

—¿Puedo pensarlo?

Cerró los ojos un momento, sabía que eso le dolía, pero algo me detenía a decirle plenamente que sí. Tan solo asintió y me acompañó hasta mi primer clase. Eso era algo que me encantaba de estar con él, podíamos estar en silencio y no nos parecía incómodo. Un pro.

Ese día en la escuela fue como cualquier otro, salvo que no tenía a mi lado a Daniel. Había respetado mi deseo de estar sola y me daba espacio para pensar las cosas.

Esa tarde me sentí fatal y no salí de mi cama. Al día siguiente el malestar fue aún mayor y no pude asistir a la escuela. Chris vino a verme por la tarde. Mi padecimiento era algo rara y todos lo achacamos al estrés por el que estaba pasando.

Cuando al tercer día me llené de ronchas, mi papá decidió que era mejor visitar al doctor.

Esta visita no tuvo buenos resultados, yo no me encontraba bien y nadie entendía que era lo que pasaba. Pero el reporte clínico no era muy favorable, en ese momento, al enterarme de eso, en lo primero que pensé es que era una señal del cielo de que no merecía ser feliz.

Avisaron a la escuela, todo con total secretismo. Solo Chris sabía que me pasaba. Era hora de decirle a Daniel que no podría haber ninguna oportunidad entre nosotros, él era un buen chico y merecía que alguien lo hiciera feliz. Por desgracia, esa no sería yo.

Tendría que olvidar todo con lo que había soñado, lo de casarnos y tener hijos, lo de vivir para y por él. Debía olvidarme de todo. Pero antes... Daniel era orgulloso, y conocía el método perfecto para que me dejara en paz y no volviera a buscarme nunca.

Tomé mi teléfono y le mandé un mensaje.

Lo he pensado, no podemos continuar así...ya no siento lo mismo y últimamente he descubierto que me siento mejor sola. Ten buena vida siempre.

Sabía que lo leería casi en cuanto lo recibiera, y también sabía que no me agradaría mucho su respuesta.

El mensaje llegó cuando casi salía rumbo al hospital para empezar el tratamiento.

Estás jugando conmigo? Si esto es en serio lo hablaremos más tarde, en este momento no puedo.

¿De qué demonios debíamos hablar? Acababa de cortar nuestra relación, para siempre. Christian llegó en ese momento. Me vio tan mal que supo que había pasado algo.

—¿Qué te pasa rojis?

—Acabo de terminar mi relación con Daniel...

—¿Pero por qué hiciste eso? —preguntó él casi gritando.

—Él merece a alguien sano, no a una chica cuya vida pende de un hilo, solo quiero que sea feliz.

—No sabes qué pasará con tu salud y debiste darle la oportunidad de decidir si se quedaba contigo o no.

—No lo sé Chris...no sé que hacer.

Christian dijo que le preguntaría a su mamá si podía acompañarme al hospital, así que salió de la habitación.

Y en ese momento me arrepentí de haberle mandado ese mensaje a Daniel, Chris tenía razón, debía darle una oportunidad.

Así que le mandé otro mensaje, y después otro. Como seguramente no escuchaba el celular, le marqué, una y otra vez. No me contestó ni una vez. Lo vi como otra señal.

Él merecía ser feliz y si alejándome le daba esa oportunidad, pues que así fuera.

Lo que no me imaginaba es que, literalmente, Daniel me borrara de su vida. Siempre pensé que era lo mejor. Él se quedaría en esta ciudad, yo no, esperaba volver algún día pero al no tener la seguridad de hacerlo, me despedí de todos, a mi manera.

Solo esperaba que Daniel me dejara de odiar algún día. Viva o muerta no deseaba que ese sentimiento empañara su vida.

Y te vi... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora