Capítulo 17

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Daniel

Clarissa me había dejado fuera, no pude hablar con ella ese fin de semana y yo sabía que estaba en casa. El sábado por la noche estaba molesto porque no me hubiera dejado hablar con ella, pero el domingo por la noche, después de pasar todo el día sin saber de ella...yo estaba completamente furioso.

Se supone que una relación debía estar basada en la confianza y yo no había hecho nada para fallarle en el tiempo que teníamos saliendo. Yo merecía un minuto para explicarle. E iba a conseguir ese minuto.

Ya todo dependía de ella, como desde el principio.

El lunes por la mañana, salí rumbo a la escuela. La puerta de su casa no era el mejor lugar para tener esta conversación y tampoco quería pelear cerca de un lugar donde no pudiera entrar si es que ella decidiera correr.

Llegué a la escuela poco antes de que abrieran, extrañando el viernes pasado, en que llegando temprano, Clarissa y yo estuvimos platicando. Nuestras pláticas eran de todo y nada. Pocas personas ajenas a nosotras podrían entenderlas. No quería sentir este dolor que me estaba carcomiendo desde el sábado, no deseaba extrañarla y, la verdad, no lo necesitaba.

Llegué a la conclusión de que quería mi vida de vuelta, la vida Dani aC (antes de Clarissa). Ya no quería hablar con ella, olvidaría esto de una vez por todas. Volvería a mi plan de estar con Jess, ella era una mujer, por lo menos una de verdad...no como la niña que era Clarissa. No tendría que soportar sus gustos raros, sus paseos silenciosos y la manera en que me tomaba de la mano cuando algo le entusiasmaba o como se acercaba a mí cuando tenía frío. Olvidaría como se sonrojan sus mejillas con el sol, como sus pecas brillan bajo la lluvia, no recordaría como me miraba como si fuera su héroe cada que llegaba más temprano por ella en la mañana para poder pasar por esos panes raros que le gustaban.

Suspiré.

Esto era un caso perdido. Debía recuperarla sí o sí.

Ella llegó a la escuela diez minutos después, no me había visto porque caminaba revisando su celular. Seguro leyendo todos los mensajes que le había mandado estos días. Me acerqué a ella y la sujeté del brazo. Sin perder la costumbre, brincó como si del demonio se tratara.

—Daniel...

—Hoy sí hablarás conmigo.

Clarissa levantó ambas cejas, pero yo aún no había terminado.

—¿O tienes miedo Clary?

Mi chica jamás se resistía a un desafío.

—No tengo nada que temer, yo no soy la que anda besuqueándose con cualquiera cuando mi novio no está.

Con que así quería jugar...

—Pues yo tampoco, pero como no me dejaste explicarte el sábado pues has tenido la idea equivocada todo este tiempo.

Clarissa suspiró y cerró los ojos un momento. Se había rendido, conmigo, con nosotros. Simplemente parecía cansada, y mucho más pequeña que de costumbre. Al abrir los ojos, pude notar que los tenía llenos de lágrimas. Yo mismo deseaba soltarme a llorar. No podía ni quería perderla. No por algo que...

... Por algo que pude evitar.

—Ya te dije que no quiero saber nada más de ti, nunca. Yo no merecía algo así...hice todo lo posible por estar ahí para ti, y...

—Y viste lo que Jess quería que vieras.

—¡No te alejaste!

Sabía que ese había sido mi error, pero no había sido a propósito, no fue mi intención hacerle daño y ciertamente al ver que era Jess, la había alejado. Al parecer nadie le había dicho que la había arrojado de mi lado y sé que no me creería si se lo dijera en este momento. No serviría de nada, yo era el malo ante sus ojos. Me di cuenta de que nada cambiaría, ¿seguir luchando o renunciar?

Una lágrima escapó de su ojo derecho. Debía seguir luchando y recuperar a mi chica.

Sin saber que más hacer, la abracé. Con fuerza por si deseaba zafarse. Pero ella se aferró a mí y con cada lágrima y sollozo que ella dejaba salir, mi corazón se rompía un poco más.

Y te vi... [Editando]Where stories live. Discover now