Capítulo 5

3.5K 255 19
                                    

Capítulo 5

Daniel

¡Dijo que sí!

La dejé correr hasta que recordé que no sabía donde vivía ni siquiera tenía su número de teléfono y algo me decía que el día de mañana se me escondería.

¿Ahora como consigo todos esos datos?

Pensé en Rafael, pero volvía ese problema de que crea que la chica me interesa más de lo que en realidad me interesaba.

Decidí que mañana sería un grandioso día y lo sería porque no dejaría que esa chica se me escapara.

Llegué a mi casa y después de avisar a mi mamá de mi llegada, me dispuse a dormir.

Mientras miraba el techo de mi cuarto, pensaba en cuánto había cambiado mi vida por ese simple día.

No conseguía dormir, así que cuando ya no hubo ningún sonido en toda la casa, me levanté y fui a la sala a buscar ese álbum de fotos. Necesitaba verla, y reprocharme no haberla visto antes.

Fui despacio y tratando de hacer el menor ruido posible. No quería que mi madre pensara que estaba cortejando a dos chicas al mismo tiempo. Eso no era así.

Tomé el libro y comencé a buscar las fotos. Y ahí me di cuenta de lo tonto que había sido. Clarissa estaba en cada una de ellas. Traté de ver de qué color era su cabello, pero siempre había algo que lo impedía.

Lo que más me sorprendió fue verla en una foto de hace más de cuatro años. La conocía desde que tenía 14 años.

¡La conocía desde hacia 4 años!

Realmente estaba ciego, no entendía como podía no recordarla. Conocía a Christian y al parecer era muy buen amigo de Clarissa. Esperaba que no fueran algo más, él me agradaba, no podía llamarlo amigo, pero cuando nos tocaba competir era el único que actuaba con madurez y propiedad. Además de que jamás había tenido algún problema con él.

¿Qué demonios me pasaba?

Guardé el álbum y regresé a mi cuarto. Dispuesto a dormir, me recosté en mi cama y volví a mirar el techo, pero ahora en él aparecieron un par de ojos azules. Con esta ilusión, dormí tranquilo.

Al día siguiente, me desperté más temprano de lo habitual y me preparé para ir a la escuela. Debía llegar antes que ella. Entonces me di cuenta de que no sabía a qué hora llegaba cada mañana. Me dirigí al edificio, y me senté a esperar a que abrieran.

Y luego, la vi.

Iba sola y peleando con una especie de bolsa en su cabeza. No me había visto, así que me levanté y fui hacia ella.

—Hola Clarissa, ¿Cómo estás?

Ella brincó, literalmente brincó, soltando la bolsa (que después vi que era una gorra tejida) y dejando su cabello en libertad.

Clarissa era una pelirroja, la chica que había sido invisible para mí hasta el día anterior, era una de las pocas pelirrojas que había visto en mi vida. Cuando se dio cuenta de que miraba su cabeza como si deseara tocarla, volvió a sujetar fuertemente la gorra y se la plantó, cubriendo por completo su maravilloso cabello.

—Hola Daniel, has llegado temprano...

¿También sabía a qué hora llegaba a clases? Vaya, esto se estaba empezando a poner raro. Pero esto también me dio una esperanza, de que ella se fijara en mí, de que estuviera pendiente de mí y de lo que hacía. Sin saber muy bien por qué (y sin querer indagar mucho) eso me hizo muy feliz.

Ella terminó de arreglar sus cosas y me miró interrogante. No quería contestar, pero tampoco quería ser grosero y dejarla sin respuesta. Solo quería tenerla así, cómoda y tranquila conmigo. Mirándome.

Pero como iba siendo costumbre, algo salió mal y Christian llegó, la saludó como a mí me hubiera gustado hacerlo y sin más se la llevó de mi lado.

Cuando dejé de ver sus ojos, me di cuenta de que esa era la mirada que deseaba ver cada mañana, cada tarde y cada noche por el resto de mi vida.

Era una locura, pero era mi locura.

Ahora solo debía convencer a la chica. Algo me decía que no iba a ser trabajo fácil.

<=

Y te vi... [Editando]Where stories live. Discover now