Capítulo 12

2.5K 206 1
                                    

Clarissa

Me había esperado todo lo que tardé en estar lista, la verdad es que viéndome no parecería que me tomó tanto tiempo y siendo honesta, pasé veinte minutos pensando como hacer que se fuera y cerca de diez vistiéndome.

Bajé lista para mandarlo a su casa hasta que fueran las siete y media de la noche, y solo tuviera que estar media hora con él, pero a cada problema planteado él tenía una solución.

Sé que fui grosera y antipática con él, pero no podía hacer otra cosa. No sabía qué era lo que buscaba conmigo si tenía novia. ¿Será algún experimento?

Sabía que me miraba desde que salimos de mi casa, la intensidad de la mirada solo se había profundizado con el paso de los minutos. No me agradaba que me hiciera sentir...desnuda.

Sí, esa es la palabra. Siento como si Daniel pudiera ver mi alma, aunque sé que eso es completamente imposible. Nadie ha podido hacerlo. Él también, tarde o temprano se iría. Por desgracia, ese pensamiento no me hizo todo lo feliz que desearía.

Cuando llegamos al centro, me giré para verlo. No sabía a dónde quería ir a comer, pero al voltearme, él se encontraba tan cerca que por poco chocamos otra vez. Di un paso atrás inmediatamente.

—¿A dónde deseas ir? —le pregunté tratando de ocultar mi turbación, al ver su sonrisa, supe que no lo había logrado.

—Fuiste tú quien dijo que no había comido, así que elige...

¿Por qué no podía dejar de sonreír? ¿Se estaba burlando de mí? Si fuera Christian, podría decir si me lo estaba preguntando con seriedad o solo me estaba probando. Sabría que sería mejor ir a un lugar donde sirvieran comida caliente, porque según él es lo recomendable por la mañana, si fuera mi amigo sabría qué significaba esa mirada.

Pero Daniel no era mi amigo, no lo conocía y en definitiva, no era Christian. Pero había decidido darle una oportunidad y conocerlo y hacer un nuevo amigo y ahora estoy desvariando en mi cabeza... Daniel ya me miraba como si fuera un bicho raro. Sacudí la cabeza para despejarme un poco.

—De verdad, elige —dijo, creo que tomó mi sacudida como una negación.

Respiré profundo y traté de tranquilizarme.

—Lo que sea que quieras comer está bien para mí...

—Creo que iremos a comer pozole, ¿te parece bien?

¿Qué? Eso sería comer todo lo que como por la mañana y la tarde. ¡Claro que no me parece bien!

—¿No prefieres comer algo más ligero?

La sonrisa de Daniel vaciló e irremediablemente me sentí mal. Comprendí entonces que esto sería un problema, este muchacho que no era nadie en mi vida hacia solo una semana, ahora ya me importaba demasiado.

Vaya, ¿qué tan bueno podría ser esto?

Ahora debía decidir si esto valía la pena o no, ¿me arriesgaba a dejarme conocer y tal vez terminar desilusionada o me quedo tranquila?

Fruncí el ceño y sujeté a Daniel del brazo, lo llevaría a comer algo que me gustaba a mí. Sería divertido ver su cara.

La decisión estaba tomada.

Y te vi... [Editando]Where stories live. Discover now