Parte /6 La fotografía

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Francisca por un lado estaba afligida por su hija, pero al mismo tiempo respiraba tranquila, ya había pasado lo que tanto temía y, por lo tanto, ya no iba a cuidar tanto a Ramona, ya que de sobra sabía que el patrón solo una vez requería los servicios sexuales de las adolescentes, no vio la necesidad de contarle nada a Alejandro, lo conocía muy bien y tenía miedo de que cometiera una barbaridad, de lo único que tenía que estar al pendiente es de que a su hija le llegará la regla a tiempo, ya que esta iba a ser su tercer regla, el patrón estuvo ausente por dos semanas, en ese tiempo la regla de la adolescente llegó a tiempo, Francisca respiró en paz ya no tenía que preocuparse más.

Francisca dejo que Ramona ayudara en otras tareas más agradables para una adolescente, por ejemplo, ir a traer agua al río para beber, ayudar en la casa grande, regar las plantas y varias cosillas más, ya que el trabajo en la cocina era muy pesado para su hija, Francisca y su hija llegaban a la casa grande muy temprano y se regresaban juntas cuando se terminaba la jornada de trabajo, había veces que no se veían en todo el día.

El patrón no podía olvidar a Ramona, revivía una y otra vez todo lo ocurrido con la chica de los ojos bellos, como él la llamaba, es por eso que, cuando llegó de su viaje, inmediatamente busco a Ramona ya no hubo necesidad de ir hasta la cocina, vio a la joven en compañía de otras jovencitas llenando las tinajas de agua que traían del río, cuando las jóvenes lo vieron y las que todavía no eran elegidas para llevarle el agua, brincaron de miedo, pero él no tuvo más ojos más que para Ramona.

Ella también brinco, pero no de miedo si no de gusto, él se dirigió a ella ordenándole.

─¡Tu ven conmigo!

Ya no le dijo que le llevara agua, las otras jóvenes extrañadas, pero contentas de no ser escogidas la vieron alejarse detrás del patrón, cuando el hombre abrió la puerta dejo que pasara ella primero y en cuanto cerró la puerta, él cambio su gesto adusto por una mirada llena de amor, Ramona ya no bajo la mirada lo veía a los ojos estos destellaban el mismo amor que los ojos del patrón.

La cargo en sus brazos se dirigió directamente a el baño ya tenía lista la bañera esta vez también él se metió con ella, lavo su cuerpo y ella lavo el suyo, él le susurraba al oído.

─Estos ojos bellos me han enloquecido.

Ella reía, se abrazaba a él y se besaban. En la tina consumaron la relación, ella aprendía rápido las lecciones que él le daba de sexualidad, pasaban dos horas felices, él le trajo un perfume muy costoso a él lo enloquecía el olor propio de la mujer, pero el perfume también ayudaba.

Pasaron varios meses disfrutando de su amor clandestino, en cada encuentro que tenían siempre tenía un regalo para ella, solo que siempre los dejaba en el ropero porque no podía lucir nada, sino todos se iban a enterar y él patrón no quería que los rumores llegaran a su esposa y no quería ni pensar cuál sería su reacción. Cada que estaban juntos lo cuál era muy seguido, disfrutaban esas dos horas lo más que se podía, Ramona se transformaba en una mujer elegante, a él le gustaba verla vestida con la ropa fina que él le traía cada que iba a la ciudad, la llenaba de joyas. El patrón le ordeno al ama de llaves.

─Señora Dolores, quiero que la chica que esta allá, sea la única que arregle mi despacho, cuando este yo y en mi ausencia, encárguese de instruirla y solo ella puede entrar a ese lugar, también quiero que se cerciore de que se alimente bien.

─¿También quiere que la niña coma en el comedor de los empleados de confianza?

─No de ninguna manera, solo quiero que usted personalmente se cerciore, que coma de la misma comida que comen los miembros de mi familia y que haga sus tres comidas.

─Si señor, como usted ordene.

─Y recuerde Dolores, usted trabaja para mí, para nadie más, no quiero indiscreciones de su parte, ni que se hagan historias alrededor de la jovencita.

Diciendo esto se alejó dejando a la mujer desconcertada, ella sabía muy bien a que se refería el señor cuando le dijo que ella trabajaba para él, era una velada amenaza de que, si su esposa se enteraba que el hombre tenía una preferida, lo iba a saber por su conducto y ella sería despedida inmediatamente, es por eso, que siguió al pie de la letra una de las reglas, que una buena ama de llaves debe cumplir, ver, oír y callar. 

Un día cuando entró al cuarto había otro hombre en el despacho.

Ella se extrañó y se asustó, pero el patrón la tranquilizó

─No, te asustes chiquita ven.

La pasó a la habitación y la vistió con un traje de novia con su velo y su corona parecía una virgen. enseguida paso al hombre, resulto que era un fotógrafo que el patrón había pasado por el pasadizo secreto, les tomo una foto a los dos como si se hubieran casado, después ella se cambió con otros vestidos, tomo varias fotografías más, no eran fotos obscenas si no fotos de un matrimonio bien avenido.

Cuando el fotógrafo se fue él le dijo.

─Ya que no podemos consumar nuestro amor como Dios manda quiero tener una fotografía, para hacerme creer que en realidad eres mi verdadera esposa.

Siempre le tenía algo con que agradarla, comida, fruta selecta, chocolates, galletas finas, todo lo que ella se podía comer en esa habitación, fuera del cuarto ella seguía siendo la hija de un trabajador, ya que él nunca se molestó en preguntarle quienes eran sus padres. El tiempo transcurría lentamente, el patrón cada día que pasaba, se sentía más enamorado, lo mismo pasaba con Ramona, cada vez eran más frecuentes los encuentros amorosos entre los dos, y, como el amor no se puede ocultar, la mayoría de mujeres que trabajaban en la casa grande, pronto se dieron cuenta de lo que estaba pasando, pero tuvieron mucho cuidado de no mencionarlo, sabían que si el patrón se daba cuentas que corrían rumores de él y su protegida, su reacción no iba a ser muy buen,  Francisca era de las pocas que no sabía nada del asunto, ella estaba tranquila sin sospechar lo que pasaba con su hija y el patrón.  


RamonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora