Capitulo 2 | Castor Azul

2 0 0
                                    

Raquel Campa lo tomó de una mano, con la otra que estaba libre abrió la puerta. Un golpe de música se introdujo en sus oídos. Sin embargo, esto no fue lo primero que llamó la atención de Luis Arriaga, sino una brisa fresca que dominaba la tienda. En el techo revoloteaban varios ventiladores que inundaban con sus aspas la tienda con un aire agradable. Los CDs de música estaban colocados por orden alfabético, por lo tanto, en la misma fila podrías encontrar una variedad de géneros diversos, al igual que una fusión de bandas que no podrían estar juntas en el mismo escenario sin agarrarse a golpes. En cada final de las filas había un estante metálico de un metro ochenta, con un reproductor pegado al costado derecho. A su lado y conectados estaban unos audífonos de estudio que se mantenían sobre un garfio, dentro del estante estaban una variedad de CDs de bandas que podrías probar antes de comprar; en su mayoría eran discos nuevos, populares y una que otra variedad.  En una esquina, ya casi olvidados por la sociedad, estaban algunos discos de vinil, donde ya no estaban acomodados por orden alfabético, sino por una única definición: ̈ Vintage¨.  En la entrada de la tienda sobre el mostrador estaba una joven de no más de veinte años, tenía una paleta que no sacaba de su boca, frente a ella tenía pilas y pilas de recibos, que tomaba uno por uno, anotaba algo en una libreta y después lo tiraba a la basura. Ella era la única que estaba en la tienda. Cuando Luis Arriaga y Raquel Campa entraron, los recibió con una gran sonrisa. 

-Bienvenidos al Castor Azul. 

Fue lo que dijo, rápidamente después de saludarlos la sonrisa se borró de su rostro y continuó trabajando. 

Luis Arriaga no sabía qué hacer, ¿cómo sabría qué banda le gustaría si ni siquiera las había escuchado? 

-¿Qué debo de elegir? - le pregunto a Raquel, sin subir la voz para que la otra chica no escuchara. 

-Se perdería el propósito de todo esto si yo te dijera que banda deberías escuchar, debes elegir por tu cuenta. Toma uno de esos audífonos, y prueba con todos los CDs que quieras.

-¿Y si no me gusta ninguno?

-Pues entonces aún no existe la banda que tú quieres escuchar.

Los dos se separaron. Luis Arriaga se imaginó entrando a un laberinto de música, donde a la salida debería de encontrar una banda, algo que fuera lo suyo, una música que lo hiciera sentir vivo. Primero tomó un disco que le llamó la atención la portada; un joven sobre una patineta que brincaba sobre un tanque lleno de cocodrilos y tiburones. Solo tuvo que escuchar los primeros segundos de una canción para saber que eso no era para él. Siguió avanzando entre las filas, después tomó un disco de los Smashing Pumpkins, Mellon Collie and the Infinite Sadness. Cambió de canción en canción deteniéndose varios segundos en cada una, no obstante, no le pareció que fuera algo para él. En otra fila tomó un disco de Oasis, (What 's the story) Morning Glory?, sin convencerse dejó los auriculares en el garfio al escuchar la mitad de una canción que ni busco en la contraportada cómo se llamaba. Miro al techo, los ventiladores sobre su cabeza tenían un movimiento hipnótico, un sueño repentino golpeó su cuerpo, y deseo estar en ese momento sobre su cama con la ventana abierta y sin playera. Raquel Campa pasó a su lado, lo miró fugazmente sin decir nada y continuó avanzando. Algo simplemente no encajaba dentro de él, no sentía emoción alguna al escuchar esas canciones, tenía una leve perspectiva de que toda la música que había escuchado hasta ese momento fuera tocada por la misma banda. Después de probar y probar, un tanto resignado a no encontrar nada, se forma en su cabeza la idea de que aun así, debería comprar algún disco para no molestar a Raquel Campa. Vago un rato por los pasillos, aparentando escuchar los discos para que ella no sospechara nada. Llegó a un estante donde el letrero decía ¨Especiales, solo para los amantes verdaderos de la música¨, lo primero que le intrigo del letrero fue la curiosidad de saber cómo se lograba a tener la definición de ¨verdadero amante de la música¨, habiendo tantos estilos musicales, miles de bandas con nombres diferentes y una infinidad de canciones, ¿como podría llegar alguien a decir que esta música es más especial que aquella? Todos auto-proclamaban que su banda era la mejor de todos los tiempos, que la demás música era basura comercial. Palabras que escuchó decir a su hermano una vez cuando le hablaba sobre Nirvana. Mientras que su padre siempre tuvo una fascinación por la música clásica y los boleros. Las sonatas se escuchaban desde su estudio en la casa, como un concierto privado que él solo disfrutaba. ¨Tu música es solo ruido. No hay habilidad en tocar tres acordes¨, le decía su padre a su hermano con tono de burla. No existe definición alguna para ¨Los verdaderos amantes de la música¨, todo depende del ojo que lo ve, fue en lo que concluyó Luis Arriaga. Lo segundo que le llamó la atención fue la poca cantidad de discos que había en ese estante, lo que le hizo pensar que el que los acomodo fue alguien de la, tienda, probablemente la chica del mostrador, y que se estaba encontrando con lo que ella consideraba ¨Especial¨, un pequeño fragmento de su alma se ocultaba entre esos discos. 

Una Corta Balada Llamada Vida.Where stories live. Discover now