𝐑𝐨𝐨𝐦𝐢𝐞𝐬 𝐨𝐫 𝐁𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬? | JakeHoon

34 - Hospital [Segundo Arco]

INICIO DEL SEGUNDO ARCO.

La sala de espera del hospital se sumergía en un silencio denso, roto solo por el tic-tac del reloj en la pared y el ocasional susurro de las enfermeras. Sunghoon se encontraba sentado junto a Jongseong, pero sus pensamientos parecían vagar en un mar de ansiedad y temor. Cada segundo que transcurría se alargaba hasta convertirse en una eternidad, mientras la incertidumbre se apoderaba cada vez más de su mente.

El recuerdo de la cena tumultuosa de la noche anterior lo atormentaba, como un eco persistente en su conciencia. Las palabras ásperas, los reproches cargados de veneno, la tensión palpable en el aire; todo se combinaba para formar una tormenta emocional que amenazaba con ahogarlo. Se reprochaba a sí mismo por no haber notado antes las señales de alarma, por no haber sido lo suficientemente perceptivo para darse cuenta de lo mal que realmente estaba su abuelo.

Sus emociones fluctuaban entre la tristeza abrumadora y el miedo paralizante. Se sentía impotente, atrapado en un torbellino de preocupaciones y pensamientos oscuros. ¿Qué pasaría si su abuelo empeoraba? ¿Y si no lograba recuperarse? El simple pensamiento era suficiente para hacer que su corazón se contrajera de dolor.

Él se los había dicho, siempre supieron que la salud del abuelo era delicada, por eso en cuanto cumplieron la mayoría de edad habían aceptado jugársela como herederos.

¿Por qué no pudo recordarlo antes?

Solo porque Minjoon llevaba meses sin recaída no significaba que estaba libre de malestar, probablemente había pasado noches de dolor, y Sunghoon no había estado ahí para él.

Debió haber hecho tanto, debió saber que esto pasaría, debió prevenir.

Pero en medio de la oscuridad, encontraba un rayo de luz en la presencia de Jake ahí. Recordaba cómo, durante la cena caótica, había encontrado consuelo en la mano reconfortante de Jake, jugando con sus dedos bajo la mesa, en el silencio que cedia paso a la tranquilidad de su alma, a no sentirse avergonzado por la desgracia salpicada de incomodidad que había sido la cena, a pesar de que le prometió que todo estaría bien. Jake era su ancla en medio de la tormenta, era ese baile bajo la oscuridad de la noche en que se conocieron, ese escape de la realidad.

Ahora, mientras esperaban noticias sobre la salud de su abuelo, Sunghoon se aferraba a ese amor con todas sus fuerzas. Sentía la calidez reconfortante de la mano de Jake en la suya, el roce suave de su pulgar acariciando su piel. Era un recordatorio tangible de que no estaba solo, de que juntos podrían superar cualquier adversidad que se interpusiera en su camino.

Juntos, podían enfrentar cualquier desafío que la vida les lanzara, con amor y determinación. Y en ese momento, eso era todo lo que realmente importaba.