Park Minjoon es el CEO de una prestigiosa marca de ropa, cuando su enfermedad avanza, se ve obligado a decidir cuál de sus nietos será el heredero.
Park Jongseong, hombre perfecto que podría manejar la empresa sin problemas.
O Park Sunghoon, quien e...
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Dejó a Jungwon solo en el jardín después de su conversación, excusándose con que había olvidado que tenía una video llamada programa con su familia a esa hora de la tarde. Mentiras y más mentiras.
Él se encerró en la pulcra casa, las manos le picaban por enviar un mensaje a Heeseung y desahogarse con él, pero ya lo vería en la noche y entonces contaría lo necesario.
Utilizó su tiempo para continuar con el curso al que estaba inscrito por internet, de francés para ser exactos.
Cuando el sol empezaba a esconderse, escuchó la cerradura de la puerta ser abierta, después suaves pasos temerosos a hacer un ruido demasiado fuerte.
A Jake se le apretó el corazón cuando notó los ojos fatigados y hombros encogidos en Sunghoon, estaba cansado.
Pero no fue eso lo que le dolió, fue que cuando Park lo vio sentado en el sofá, sonrió como si hubiera tenido el mejor día de todos y aún tuviera montones de energía que gastar.
—¿Quieres que vayamos por tus cosas primero o prefieres cenar? —Cuestionó tranquilo, dejando por segunda vez en el día su gabardina en el perchero de la entrada.
Sim abultó los labios sin ser consciente de ello, logrando que una pequeña sonrisita se dibuje en Park al ver el pucherito. —Te ves cansado, ¿no sería mejor que duermas un poco? —El rubio se puso de pie y avanzó hacia la cocina, abriendo la alacena y sacando una cajita de ahí. —Puedo prepararte un té, vi que no había demasiada comida en el refrigerador y tenía miedo de cocinar algo que no te gustara... Pero el té es un excelente relajante después de un día tan agotador.
La realidad era que Jake se sentía culpable, un intruso en esa casa y un cero a la izquierda en la relación de Sunghoon y el otro chico.
Pero, Park no era consciente del dato que había llegado al otro por parte de Jungwon, por lo que verlo de esa forma tan... Doméstico, hacía a su imaginación trabajar con un montón de escenarios donde eran un feliz matrimonio y llegaban juntos a su hogar al terminar la jornada laboral y entre los dos preparaban una rica cena.
Sunghoon negó despacito y se sentó en uno de los taburetes, invitando al rubio a tomar asiento también. —Lo siento por no llenar la alacena antes de irme, supuse que estarías con Jungwon hasta que llegara y él te diría que existe la posibilidad de comer en la mansión.
Jaeyun bajó la mirada avergonzado, tal vez Park anhelaba sacarlo de su casa y por eso lo mandaba a comer a la propiedad.
—Claro que si te sientes más cómodo, podemos hacer la lista de compras y enviar a alguien, tomando en cuenta que aún debemos tener cuidado al salir a espacios públicos. —Agregó Sunghoon, acercando de a poquito su mano para separar las del rubio que jugaban nerviosamente sobre su propio regazo, comenzando a deslizar el dedo pulgar en la palma contraria, consiguiendo que Sim se concentre en ello mientras siente las fuertes palpitaciones en su pecho.
