『Pedidos CERRADOS』
En todas las historias debe haber un poco de drama para que al final seas recompensada en los brazos de tus chicos favoritos.
||Esta es una historia original de WATTPAD, si la ves en otra plataforma es plagio o podría ser virus.
C...
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Situación.-
Ya planteada.
SeokJin.-
Usualmente SeokJin te daba la suficiente atención cada que lo necesitabas, así que a cambio tú también le dabas su espacio cuando quería descansar o salir con sus amigos. Este era uno de esos momentos. Él disfrutaba jugando videojuegos en línea con los demás integrantes, pero aún así te sentías necesitada de abrazos y besos.
Lo pensaste seriamente durante unos minutos antes de decidir tu próximo movimiento.
—No, JungKook, no abriré esa puerta, seguro que me sale un zombie, si quieres que alguien la abra deberás de ser tú.
Tenía el ceño ligeramente fruncido y se encontraba levemente inclinado hacia adelante. En silencio caminaste hacia él, llamando su atención durante unos segundos cuando te miró de reojo, indicándote que notaba tu presencia.
Te colocaste delante de él, pero sin obstruir su vista de tu pantalla lo cuál agradeció mentalmente cuando tuvo que disparar hacia un zombie. Sintió tu mano sostener su muñeca e inmediatamente se echó hacia atrás soltando el mando con una mano. Rápidamente te sentaste sobre sus piernas, escondiendo la cara en la curva de su cuello asegurándote de no causarle cosquillas con tu respiración.
— ¡Ya sé que es a la derecha! ¡¿A dónde crees que estoy avanzando?!
No se dio cuenta que el tiempo había pasado tan rápido, pero se hizo una idea cuando terminaron el juego y sus músculos le pidieron que cambiara de posición. Se estiró levemente, colocando una mano en tu cintura para evitar que te movieras junto a él.
— ¿Cariño? —Preguntó con voz suave, notando que te habías dormido aferrada a su playera.
Sonrió levemente, depositando un casto beso en tu frente y posteriormente en tu nariz, se quedó allí durante un rato más, delineando tu rostro con la punta de su dedo y preguntándose cómo había conseguido una novia tan hermosa. Te arrulló de esa manera, tentado a dormirse ahí contigo, de no ser por el hecho de que no había mantas cerca y no se arriesgaría a que pillaras un resfriado, así que te cargó con cuidado en dirección a la cama.
Comenzó a considerar llamarte para que te sentaras sobre él cada vez que tuviera una partida con los chicos.
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