『Pedidos CERRADOS』
En todas las historias debe haber un poco de drama para que al final seas recompensada en los brazos de tus chicos favoritos.
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C...
No busco estereotipar a los hombres, mujeres o a las orientaciones sexuales en sí.
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Situación.-
Realmente no vivías poniéndole etiquetas a las personas, respetaba todas clase de gustos que no resultaran ilegales, o tal vez simplemente te daba igual, no era tu vida, no ponías mucha atención que digamos.
Pero, bueno, siempre hay un pero. Porque XXXX siempre había tenido la tendencia de ser un poco más delicado. Maquillaba sus facciones, usaba accesorios como gargantillas, a veces llevaba zapatos de tacón y por sobretodo, era muy cariñoso con sus amigos.
Nunca lo viste diferente, mucho menos raro, incluso te gustaba bastante, pero por la relación que llevaba con su mejor amigo suponías que le gustaban los de su mismo sexo. Nunca lo había negado cuando le preguntaban, solo se limitaba a reír. Por eso tampoco quisiste mencionar tus sentimientos hacia él.
SeokJin.-
Cuando te pidió salir juntos, después de clase, con las mejillas sonrosadas, creíste que quería hablar contigo sobre algún trabajo o tema de la universidad. Y también pensaste que era muy bonito el rubor que se había puesto hoy.
Tuvieron una plática amena y divertida en la cafetería donde te llevó. No se hablaban muy seguido en la facultad, pero tampoco era como si se ignoraran, habían compartido equipo muchas veces. Aclaró su garganta y te miró nervioso.
—La verdad, te pedí venir aquí porque desde hace unos meses me empecé a sentir atraído por ti —habló intentando mirarte a los ojos pero sin poder durar más que unos cuantos segundos—. Me gustas muchísimo, y... Bueno... Me preguntaba si quisieras ser mi novia. ¡Entiendo completamente si no te gusto! Pero me gustaría tener aunque sea una oportunidad.
Miraste hacia ambos lados y luego hacia atrás, confundida, creyendo que sería alguna broma o travesura. Pero no había rastro de sus amigos.
— ¿Pasa algo? —Preguntó preocupado al ver tu reacción.
—Sí. No. Bueno... —Te rascaste el hombro, incómoda de lo que ibas a decir porque no sabías como se lo iba a tomar—. Estoy algo sorprendida, creí que te gustaban los chicos.
Abrió los ojos enormemente antes de soltar una carcajada. El sonido único de su risa fue un poco contagioso para ti pero no consideraba muy ético de tu parte reírte en esa situación.
