Reacciones Soft pt.2↪【BTS】

「 Hasta el final || Hyung Line 」

Situación.-

Cuando tu esperanza de vida se recortó a un par de meses la persona que estuvo contigo para afrontarlo fue tu novio. Ambos tenían ese dolor en el alma, esa sensación horrible de que el tiempo ya no era suficiente, pero el tratamiento tampoco había funcionado.

—Quiero vivir mis últimos días como nunca lo he hecho —pediste unos días después, sabías que era tu última oportunidad y debías ser fuerte para no dejarle todo el peso a él. — ¿Qué dices?

Sonrió encantado con tu petición. Su corazón dolía, llevaba aquel nudo en la garganta pero aún así asintió con la cabeza. Encerrándote en un abrazo queriendo que la muerte nunca te separara de su lado.

SeokJin.-

Bajaron del avión completamente cubiertos de ropa térmica y chamarras calientes. El paisaje nevado era hermoso, sonreíste cuando SeokJin se acercó a ti con las maletas en mano, quisiste ayudarle pero él se encontraba un poco paranoico aún, así que no quería 'molestarte' con ese tipo de cosas que podía hacer por su cuenta.

— ¿Dónde dices que estamos? —Preguntaste subiendo a la camioneta que les llevaría a las cabañas que tu novio reservó.

—Islandia —respondió abrazándote dentro del automóvil—. Creo que es una ciudad llamada Reikiavik, pero en la noche verás la magia.

Sonreíste mirando el camino, ambos quedaron asombrados al ver el sitio de hospedaje, era algo realmente íntimo y acogedor. Durmieron un rato por la tarde, estaban algo tensos después del largo viaje en avión; cuando volvieron a despertar decidieron que podían dar una vuelta por el lugar y comprar algo de comida para preparar después.

— ¡Jinnie! —Exclamaste mirando dos pulseras, eran de pareja y tenían una especie de cuarzo—. Hay que llevarlas, son hermosas.

—Pídelas —habló buscando la cartera en su bolsillo.

—No —negaste enseñando unos dólares—. Éstas serán un regalo de mi parte.

Guardó silencio intentando sonreír, pero él entendió lo que significaba. Ese era uno de los últimos regalos que le podrías dar.

Se pusieron las pulseras el uno al otro y cuando terminaron de comprar los alimentos regresaron a la cabaña. Prepararon la comida juntos, jugando de vez en cuando mientras se embarrando con los ingredientes; SeokJin estaba más cariñoso, sus manos no podían salir de tu cintura y sus labios parecían no querer separarse de tu rostro.

— ¿Ya está la carne? —Preguntó mirando el reloj—. Ven, hay que ir al balcón ahora.

—Ya voy, ya voy —susurraste divertida ante su desesperación. Cuando saliste con los platos entendiste lo que te quería enseñar.