『Pedidos CERRADOS』
En todas las historias debe haber un poco de drama para que al final seas recompensada en los brazos de tus chicos favoritos.
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C...
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Situación.-
Empleo estable con buena paga, renta del departamento buena, soltera, unos cuantos amigos, vida tranquila. No era como si en realidad anhelaras algo en la vida.
Pero no esperabas que al salir de emergencia bajo la lluvia por despensa, entre otras cosas, te ibas a encontrar con un chico buscando algo en el basurero. Una vez comprado el alimento, te acercaste nuevamente al callejón, la lluvia cayendo sobre tu paraguas, salpicando en el asfalto logrando mojar hasta tus tobillos. No querías ni imaginar lo que pasaría aquel chico para estar así.
— ¡Hey! ¡Ten! —Gritaste para que tu voz se escuchara sobre la lluvia y logrando llamar su atención. Tu mano extendida con aquella comida rápida se tensó al ver las orejas en su cabeza.
Mierda. ¿Entonces era real lo del laboratorio que experimentaba?
Se acercó a pasos cortos, temblando e inseguro, lograste ver su rostro herido, ropa maltratada y sangre. Sin embargo, la inocencia en sus ojos te hizo tener un escalofrío.
Claro que te negabas a dejarlo allí abandonado y sin ayuda.
SeokJin.-
Agradecías haber sido tú quién lo encontrara porque había confiado ciegamente en ti al recibir aquella bolsa de comida. Le quitaste el saco -que llevabas tú pero se lo diste de camino a casa- y lo sentaste en el sillón de tu sala.
—Quédate aquí —pediste sacando la comida del empaque y entregándosela. — Iré a buscar ropa para ti, creo que tengo un par de prendas de mi hermano.
Viste sus orejas redondas y su nariz moverse antes de comenzar a ingerir el alimento. Corriste por ropa, un par de toallas y tu botiquín de primeros auxilios, lo revisarías por completo y en caso de que hubiera heridas graves le llevarías con algún médico oficial.
Regresaste para ver cómo comía casi con desesperación pero a la vez con seguridad, no querías pensar cuánto tiempo estuvo vagando por las calles como para que estar bajo la lluvia de esa manera no lo afectara.
Te sonrió enorme una vez entraste a su campo de visión.
—Encontré esto —murmuraste extendiéndole la ropa y las toallas—. Puede que no te quede del todo bien pero mañana podemos ir a comprar algo más que sea acorde a tu talla.
Sus ojitos brillaron y por un momento la comida pasó a segundo plano. — ¿Mañana? —Cuestionó—. Eso significa que... ¿no me echarás a la calle?
— ¡No! ¡Claro que no! —Respondiste rápidamente—. Sabemos que... Bueno... Creíamos que era una especie de engaño el que se estuvieran experimentando con humanos para crear "híbridos" pero-...
