『Pedidos CERRADOS』
En todas las historias debe haber un poco de drama para que al final seas recompensada en los brazos de tus chicos favoritos.
||Esta es una historia original de WATTPAD, si la ves en otra plataforma es plagio o podría ser virus.
C...
Muchas gracias por la ayuda a seungjxxn y a The-little-clown jajaja, eso no podría haber sido de no ser por ustedes, lxs tqm.
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Situación.-
Las excesivas muestras de amor, ser empalagoso o, en otras palabras, ser tradicional y empedernidamente cursi no era lo tuyo. Tampoco te sentías cómoda con que las demás personas fueran de esa manera contigo.
Intentaste soportarlo en tu novio, porque podías apostar a que lo amabas, sin embargo, no podías estar con alguien que te hacía sentir tan incómoda, y si esa era su manera de ser, tampoco eras quién para decirle que debía cambiar.
—Creo que lo mejor será terminar —pronunciaste sin ánimo—. Sabes que esto no va a funcionar bien; no has cometido ningún error y yo tampoco, pero un chico cursi no es lo que yo estaba buscando. Admite que tú tampoco buscabas a alguien tan "seria" como yo. Te quiero muchísimo, pero no somos lo que buscamos.
En efecto, no eras lo que él buscaba, pero te amaba tanto como para dejarse vencer por algo tan 'minúsculo'.
JiMin.-
Sabías de antemano que el tipo de amor cursi que te profesaba JiMin también era uno sumamente dependiente y obsesivo. Al principio te llenaba de ternura, sí, incluso te parecía algo divertido aunque siempre con esa pizca de incomodidad. Con el pasar del tiempo te diste cuenta que ese tipo de amor por parte de tu novio se volvía más insistente porque no se lo "regresabas" de la misma manera.
Por ello, no te sorprendió del todo que al terminar la relación con él siguiera encima de ti, lo esperabas pero también comenzaba a hartarte porque se te salía de las manos.
Ese día en el trabajo habían mencionado que llegaría un nuevo jefe, la mitad de la empresa había sido comprada y el dueño tenía derecho a venir, pasearse, fingir que revisaba que todo funcionara bien. Se preguntaban si también trabajaría allí, de ser así se tendría que ambientar una sala de juntas a modo de oficina.
Terminabas de revisar unos documentos con tu compañero de trabajo. Estaban de pie frente a una mesa, casi en silencio mientras leían los términos del contrato. Ninguno de los dos se esperaba a que la puerta fuera abierta escuchando un chillido de felicidad que reconociste al instante.
— ¡_____! ¡Al fin te encontré, osita!
Por primera vez tu rostro no se encendió ante aquel apodo, sino que palideciste. ¿Qué carajo hacia Park JiMin en tu trabajo? Y casi te vas de espaldas reconociendo que el capital de tu novio era lo suficiente como para comprar hasta la empresa entera.
