CAPÍTULO 34

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CHIARA


Mi puño se estrella contra un sujeto corpulento, pero logra patearme en las costillas con mucha fuerza. Me quejo por el ardor que amenaza en mis costillas, pero logro esquivar su siguiente movimiento.

Me escabullo entre los demás que pelean junto a mi. El sujeto se queda desorientado y me busca por todos lados, logro sacar una pequeña navaja de mi bota y aparezco por detrás de él, tomo impulso y salto lo suficiente para sostenerme con un brazo de su cuello y lograr clavar la navaja en su hombro, la saco y vuelvo a clavarla. Él se mueve hacia atrás y logra estamparme contra la pared golpeando mi espalda y mi cabeza.

Las puertas de la casa se abren y veo a mi mujer entrar con más de nuestros hombres, sacan sus armas y comienzan a disparar. Vivi me busca con la mirada, pero vuelvo mi atención al sujeto que lucha por soltar de mi agarre. Logra sujetar la mano en la que sostengo la navaja y la presiona con tanta fuerza que me hace soltarla.

Suelto su cuello y mis pies tocan el suelo, el se gira y yo hago lo mismo para atestarle una patada en las pelotas y luego en las costillas.

—Me diste batalla —sonrío —siéntete afortunado.

Vivi le dispara en las piernas cuando ve su intención de levantarse, tomo la navaja y cruzó su cuello con ella.

—Te vuelves a ir sin decir nada... —sujeto su rostro y estampó mis labios contra los suyos.

—Siempre llegas a tiempo, amore mío. —me termina dando un golpe en las costillas y se aleja.

Subo las escaleras de la casa y busco al hombre por el que estoy aquí, pero no lo encuentro por ningún lugar, hasta que veo unas inusuales marcas en el suelo cerca de un librero en su escritorio.

Viviana ingresa con cuidado y me pasa un arma. Busco el mecanismo que abre esta puerta y la encuentro al mover una esfera de vidrio. El pasadizo se abre ante mi y cargo mi arma apuntando hacia el lugar, avanzó con cuidado y mi mujer me sigue de cerca.

Escucho voces a lo lejos, es un gran túnel del que no sabía su existencia. Avanzamos unos ciento cincuenta metros y me detengo cuando veo una luz.

—Te digo que está vivo —dice uno de mis tíos —el cabrón logro sobrevivir después de todo —dice molesto.

—¿Tienes pruebas? —pregunta el otro —si el desgraciado de Lorenzo está vivo, esto se va joder. —dice pateando una silla. —¿sabes lo que nos hará cuando se entere que hemos estado conspirando contra su hija?

—Vamos a deshacernos de él —responde el tercero —si tú dices que está vivo, debes conocer su ubicación actual.

—Solo se que lo sacaron de la maldita isla, papá me lo dijo porque él fue allá para ocultarse unos días.

Aprieto mis manos con fuerza y mi pecho sube y baja con mucha rapidez, los latidos de mi corazón los siento en cada fibra de mi cuerpo en este momento.

—Ahora que papá logre deshacerse de Chiara, será más fácil encontrarlo.

—¡¿Más fácil?! —le dice el otro y me asomo para ver cómo le da un empujón —¡la maldita niña se deshizo de Filippo! ¡¿Crees que no te encontrará, Giulio?! ¡Nos está cazando a todos par de inútiles!

—Y todos los ratones cayeron en la misma ratonera por su cobardía y terror a una "niña" —me río entrando a la cueva de estas víboras que decían ser mi familia. —Yo no doy segundas oportunidades —no les doy tiempo a reaccionar y les disparo a los tres. —¡Ni siquiera se merecen que me tome el tiempo de torturarlos! —les disparo en la cabeza para asegurarme de que están realmente muertos.

HeraWhere stories live. Discover now