CAPÍTULO 2

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CHIARA

Londres me recibe para celebrar mi cumpleaños número doce, no creo que vería a mi madre tan pronto, pero mi padre no quería dejarme sola por tanto tiempo. Es la primera vez que viajo sola, pero papá mando a alguien para que me cuide, dijo que no notaría su presencia, pero lo vi desde el primer instante en que baje del jet.

Ingreso al hotel y voy directo a la habitación que dijo papá, habitación 407; un chofer me trajo desde el aeropuerto y estará a mi disposición siempre que lo requiera.

Llamo a la puerta y a los segundos veo a la mujer con ojos más lindos del mundo, mi mamá me toma en sus brazos y no sé de dónde saca la fuerza para cargarme. Llena mi rostro de besos y me lleva consigo al sofá.

—¿Como estás tesoro? —pregunta acariciando mi mejilla.

—Bien, pero te extrañaba —Ella me sonríe con nostalgia.

—Lo siento mi tesoro, no sabes cuando me duele no estar cerca de ustedes.

—Pero Hanna está contigo —comento algo extrañada.

—No es solo Hanna —dice con tristeza —tienes dos hermanas más.

—¿Si? ¿Dónde están? —ella suelta un largo suspiro y toma mi mano.

—Es complicado, pero están con sus padres. Solo que a ellas no puedo verlas tanto como veo a Hanna o como te he visto a ti. —deja un beso mi mano y continúa. —Se que eres muy inteligente y comprenderás. Tus hermanas se llaman Alice y Roxanne, mi padre no tiene buenos términos con los padres de mis hijas, es por eso que no permite que las vea, es una clase de "castigo", por no haber cumplido un trato.

—¿Nunca vienen a verte? —pregunto y niega —que triste mami —le doy un abrazo y ella me presiona con fuerza. —Yo quiero verlas.

—Quizás puedas ver a Alice, acabo de enterarme que está aquí en Londres —dice sonriendo.

—¿Mañana? —pregunto y asiente sin dejar de sonreír.

—Hallaremos la manera de verla mañana.

Mamá me lleva a almorzar a lugar muy lindo, nos paseamos por un centro comercial mientras le hablo un poco le que hago en los entrenamientos.

—¿No tienes amigas con quien compartir tus días? —pregunta alzando una ceja.

—Papá solo me deja salir con una y no es para nada de mi agrado, así que he rechazado esas ofertas, las únicas veces que la veo, es en alguna reunión o en festejos, pero supongo que las dos nos evitamos —me encojo de hombros y sonríe. —aunque quizás ahora que vaya a un colegio de verdad pueda tener amigas.

—Eso suena mejor, no me gusta que estes sola todo el tiempo, debes conocer el mundo real. Eres muy importante Chiara, pero estar siempre en esa cajita de cristal como tu padre te mantiene, no va a enseñarte cómo enfrentar algunas situaciones difíciles.

—Es lo que yo digo, mis entrenamientos son siempre con personas que él escoge, siempre son cosas fáciles.

—Eres tan inteligente —dice presionando mi mejilla.

Horas más tarde, estacionamos fuera de un parque de diversiones, no me gustan para nada, pero mamá no me a dicho que baje, así que solo esperamos. Mamá sonríe al ver que Hanna la saluda desde lejos y se acerca al auto.

—¡Por Dios pequeña! —dice al verme —¿en que momento llegaste?

Bajo del auto y me abraza con fuerza, como mamá lo hizo antes.

—¡Estás enorme! —dice y sonrío.

—Tu estás muy hermosa —digo al verla bien.

—Claro, nuestra madre nos heredó sus genes —me guiña.

HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora