CAPÍTULO 4

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VIVIANA

Desde que tengo memoria, he odiado a Chiara Santoro. Es tan perfecta, tan admirable y tan egocéntrica que el solo verla me dan ganas de golpearla. Siempre me han dicho que tengo que estar a su lado en todo en momento, ¿porque querría estar a su lado?, no la soporto.

No la soportaba.

Mis ojos van clavados en la ventana del auto, pero eso no impide que vea como esa otra chica se le insinúa a Chiara y la muy idiota no mueve ni un pelo para apartarla.

Siento los ojos de Emma sobre mi, así que no me giro, prefiero seguir viendo la ventana antes de que comience con sus preguntas porque no sabré qué decirle. Emma me conoce muy bien, desde hace días que no deja de fastidiarme con lo mismo y evado el tema cada vez que quiere hablar.

—Llegamos —dice la chica junto a Chiara.

—Encárgate de todo —le ordena Chiara bajando del auto —tú —me apunta —vienes conmigo.

—No quiero —alzó una ceja cruzándome de brazos —tu por tu lado, yo por el mío.

—No es una pregunta, es una orden —dice tomando mi mano para tirar de ella.

—Me vas a lastimas bestia —me suelto de su agarre al bajar —¿qué piensas hacer? —le pregunto y me ignora.

—Todas tienen una habitación disponible —dice entregándole las tarjetas a las demás —toma —le pasa una a Emma y estiro mi mano para recibir la mía. —¿Qué? —se ríe en mi cara —no pensarás que voy a dejarte suelta por ahí ¿o si?

—¿Me vas a tratar como a un perro? —preguntó acercándome a ella y sonríe —Va' all'inferno!

—Te irás conmigo —sonríe sujetando mi brazo.

—¡Maldita Chiara! ¡¿Enserio piensas que todo el mundo está a tus pies?! —me suelto de su agarre y me doy la vuelta, pero me sujeta de la cintura y me arrastra con ella —suéltame. —le exijo y no lo hace.

Llegamos hasta la puerta de una habitación que ella abre enseguida. Veo que sus amigas sonríen y Emma quiere venir, pero la otra mujer idiota la detiene.

—¡Suéltame idiota! —gritó una vez que ella cierra.

Intento darle un bofetón, pero detiene mi mano, la cola a detrás de mi espalda y me empuja contra la puerta colocando su otra mano en mi cuello.

—Deja de gritar como una damisela en peligro—dice pegando su cuerpo contra el mío. —¿que es lo que realmente quieres Viviana?

—Que desaparezcas de mi vida —le suelto y sonríe.

Son pocas las veces en las que he visto a Chiara sonreír, lo ha hecho un par de veces con sus amigas, pero la mayor parte del tiempo está con su ceño fruncido e ignora a cualquier que se atreva a dirigirle la palabra.

Chiara es la chica que todos los hombres se detienen a mirar cuando pasa, y causa el mismo efecto entre las mujeres, su elegancia al caminar, con su espalda recta y sus pasos tan bien definidos que parece que flota en el aire.

También están las chicas que la observan por envidia, cualquier cosa que ella utiliza corren rumores de que es imitación de alguna marca lujosa; estúpidas, podría ser la dueña de ellas si quisiera. Chiara llega al instituto en diferentes autos y algunas dicen que su padre trabaja en un auto lavado o es valet parking en algún hotel lujoso.

No tienen idea de las estupideces que dicen y Chiara podría callarlas, hacer que le teman con solo decir quien es. Aunque seguramente alguna de las que estuvo en la fiesta, ya corrió algún rumor sobre la gran entrada de Chiara.

HeraWhere stories live. Discover now