CAPÍTULO DIECISÉIS

8 2 2
                                    

"Cuando uno está enamorado, siempre comienza engañándose a sí mismo y termina engañando a otros. Eso es lo que el mundo llama amor".

Oscar Wilde, El Retrato de Dorian Grey.


Cuando la noche de chicas terminó Santiago y yo nos fuimos del departamento de Lina. Caminamos hacia el mismo rumbo. Compartíamos camino, pero solo hasta la mitad, porque ahí cada quien giraba hacia un lado diferente.

― ¿Sobre qué quieres hablar? ―me hice el desentendido.

Arqueó una ceja

― ¿Te gusta mi niña?

― ¿Qué niña? ―Me miró incrédulo― ¿Lina?

Asintió

― ¿Por qué dices eso?

―Te vi hoy con ella. Como la mirabas y lo nervioso que estabas cuando te puso la mascarilla.

―Es que estaba demasiado cerca y no me gusta tener a las personas demasiado cerca.

Bufó.

―Sí, claro―no creyó para nada en mi respuesta.

―No solamente fue hoy. Tengo días observándolos, no solo a ti, sino a ella también, pero más a ti. Te gusta Lina. Aunque lo niegues en estos momentos.

―Tienes razón. No lo voy a negar. Sí, he comenzado a sentir algo por ella― No quería contarle como había quedado maravillado con su voz desde niños. Sabía cómo era Santiago de comunicativo, así que si le decía que me gustaba, había cierta probabilidad de que le dijera a Lina. Esperaba que fuera así― Pero no voy a decirle.

― ¿Por qué?

―Porque ella está saliendo con alguien más. Y además trabajamos juntos y mi tiempo aquí es contado.

― ¿Y si yo te dijera que también le gustas a ella?

― ¿Es eso cierto? ― me dio algo de esperanza.

―No lo sé. Somos amigos, pero ella nunca me cuenta cuando le gusta alguien. Siempre ha sido demasiado privada con sus sentimientos. Cuando le dije mis sentimientos, cuando comenzamos a salir fue como andar a ciegas, porque no sabía si ella sentía lo mismo.

―Aunque sintiera lo mismo que yo. Creo que lo mejor para ambos es que esto quede en platónico.

―Sos un idiota― trató de imitar mi acento ―Elyna es una gran persona, y serías el hombre más afortunado del mundo en ser su pareja.

―Ese lugar, ya es de César.

Él bufó.

―Conozco a Lina y créeme que no pasara nada con él. No le gusta mucho. No la veo muy convencida de salir con él.

Si supiera que la salvé de una cita a la que no quería ir.

Llegamos al punto donde nos teníamos que separar. Me despedí de él con la mano.

―Ni creas que te has salvado. Otro día continuaremos con la plática.

Al día siguiente llegué al local, más temprano que de costumbre, pensé que me tocaría esperar, pero en realidad, Elyna ya estaba horneando.

―Buenos días―saludé.

―Es demasiado temprano, ¿qué es lo que haces aquí?

―Lo mismo te pregunto a ti.

―Es mi negocio, puedo llegar a la hora que quiera―respondió a la defensiva. Al parecer alguien no amaneció de buen humor― ¿Por qué llegaste temprano?

Canciones, libros, películas y otras cosas sobre amor.On viuen les histories. Descobreix ara