15

336 48 1
                                    


Al siguiente día me levanto más temprano, no dormí bien o quizá no lo necesario, me pongo mi bikini de dos piezas color verde, combina perfecto con mis ojos.

—¿Puedo pasar? —la voz de Rachel me hace apretar los labios

Le abrí la puerta y ella siguió, la cerró y yo sigo atándome el bikini, es descubierto y realza mi belleza.

—Ayer… no recuerdo nada yo-

—¿Vienes a qué te lo recuerde, Rachel? Pídeselo al coronel, que de seguro recuerda la cogida que te dio.

—¿Lo viste? Julinha, te juro que he tratado de contenerme pero no lo logro. Lo siento tanto.

—No me gusta la gente hipócrita, y lo fuiste al decirme que no te caía bien el coronel y después revolcarte con él.

—Tienes razón…

—Creí que podríamos ser amigas, pero no lo seremos porque mi amistad y lealtad a Sabrina es más grande. No diré nada, no por ti o el coronel, si no por Bratt y Sabrina.

Ella asintió y salimos de la habitación, mi día empeoró cuando nos cruzamos al coronel, solté una risa sin gracia y pasé por su lado. Me detuvo ofreciéndome mi teléfono.

Bajé hasta el toldo 18 dónde habíamos quedado de vernos.

Mia y Zoé Lewis estaban ahí, ambas se lanzaron sobre mi y empezaron a parlotear.

—Sabrina tiene una suerte increíble, tener a ese hombre como marido… —murmuró Zoé

—¿De que le sirve si él ni la mira? —le respondió Mia— Vamos a nadar.

—Voy a tomarme una limonada, vayan ustedes. —nos dijo Zoé

Me quité el vestido quedándome en bikini, entramos al mar y Mia me miraba fijamente.

—¿Qué? —le pregunté

—¿Qué opinas del marido de Sabrina?

—Lo detesto.

—No me sorprendería si te intentara ligar. —me dijo y rodé los ojos

—Perdería su tiempo.

—¿De verdad te resistirías a él? Porque yo no podría.

—Yo sí. Tengo más experiencia con los hombres, pequeña. —le guiñé el ojo

—Lo sé, lo sé, me encantaría ser como tú de grande, con esas pedazo de tetas y ese culo y esa piel morena y esos ojos verdes.

—¡Mia! —le lancé agua en la cara mientras me reía— Cuando crezcas serás preciosa.

—Eso espero.

—¡Ay, hazme caso! En la adolescencia no vemos la belleza que tenemos.

—¡Ahí viene Christopher! —me dijo yéndose y maldije a todo el mundo

Le di la espalda tratando de irme pero él se me atravesó.

—¿Hablaste con Rachel?

—¿No le da vergüenza? —le pregunté— El descaro no existe en su vocabulario por lo que veo.

—No, no me da vergüenza, así como a usted no le da vergüenza ser una bruja como Sabrina.

Abrí la boca totalmente sorprendida por sus palabras.

—Imbécil de mierda, descarado arrogante, maldito hombre infiel. —le espeté saliendo de la playa

Él me seguía con una sonrisa y cuando me tomó por el brazo le voltee la cara de un bofetón.

—¡No me toque, patán! —le grité a los cuatro vientos

—¡Vuelve a golpearme y-

—¡¿Y qué, eh?!

—Y le digo a Sabrina que te acostaste conmigo.

—Yo no me-

—En Colombia, ese día en la discoteca, me acerqué a ti en la terraza y te ofrecí un polvo, ¿Me olvidaste? Te dije que me gustan las mujeres sueltas, como lo eres tú.

Di un paso atrás negando, yo no podía haberme acostado con este infeliz de mierda, no podía haberme acostado con el marido de mi mejor amiga.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Solo Conocidos. (C.M)Where stories live. Discover now